Comer fuera de casa es una experiencia muy agradable, ya que de vez en cuando necesitamos descansar de la misma rutina y simplemente queremos aventurarnos a conocer algún sazón suculento, pero los restaurantes utilizan una estrategia de manipulación sutil, para hacerte pagar de más en repetidas ocasiones y aquí en Cadena política te ayudaremos a identificar sus trucos más comunes:
1. No usan signo de pesos
El signo de peso es una de las cosas más que importantes que deben evitar los restaurantes de incluir en el menú, porque esto inmediatamente le recuerda a los clientes que tienen que gastar dinero.
2. Son astutos con sus números
Los diseñadores de menú reconocen que los precios que terminan en 9, como $9.99, tienden a significar valor, pero no calidad. Es más, los precios que terminan en .95 en vez de .99 son más efectivos, porque se sienten más “amigables” para los consumidores. La mayoría de dejan el precio sin ningún centavo, porque esto hace su menú más limpio, más simple y va al punto.
3. Usan un lenguaje extremamente descriptivo
Una investigación de Cornell University reveló que los artículos descritos en una forma más específica son más llamativos y populares para los clientes. De acuerdo con otra investigación de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, títulos descriptivos en el menú subieron las ventas en un 27%, comparado con artículos de comida sin descripción.
4. Conectan comida con familia
Los clientes son especialmente sensibles con nombre de familiares, como padres y abuelos, en los menús. Por ejemplo, las personas tienden más a comprar las frescas galletas caseras de la abuela o la famosa ensalada de papa de la tía Margarita. Esto también puede agregar un poco de nostalgia.
5. Usan términos de comida étnica para hacer que su comida parezca más auténtica
De acuerdo con el psicólogo experimental de Oxford Charles Spence, un título étnico o geográfico, como un nombre italiano, atrae la atención de la persona a cierta característica del plato y trae ciertos sabores y texturas.
6. Visualmente subrayan algunas cosas
Cuando las comidas están en negrilla, listadas a color o en una fuente más elegante, acompañado de fotografías, o elegido aparte, parecen mucho más especiales que los otros platos. A pesar de esto, los restaurantes más lujosos tienden a evadir esta estrategia, porque los puede hacer ver más barato.
7. Usan los artículos más costosos para atraerte a los más baratos
De acuerdo con Rapp, los restaurantes usan las comidas extremadamente costosas como una trampa. “Probablemente no vas a comprarlo, pero encontrarás algo más barato y parecerá más razonable,” dice.
8. Ofrecen comida en dos tamaños de porción
Esta estrategia es llamada bracketing. El cliente no tiene idea cuanto más pequeña es la porción pequeña, entonces asumen que es el mejor precio porque cuesta menos. Lo que no piensan es que el restaurante quería vender la porción más pequeña con el precio más barato, y simplemente usaron la porción más grande con el precio más alto como una comparación.
9. Analizan tu patrón de lectura
Los restaurantes consideran los scanpaths (análisis de escaneo), que son estudios sobre una serie de fijaciones visuales que sirven para saber cómo las personas leen ciertas cosas.
De acuerdo con una investigación coreana, un tercio de los participantes tienden a pedir el primer artículo que les llama la atención. Como resultado, los restaurantes pondrán los elementos más rentables en la esquina superior derecha, porque es donde van primero los ojos de las personas.
10. Limitan tu elección
Con características como muestras de prueba, tapas o menús arreglados, los restaurantes se quitan la gran responsabilidad que siente la gente al escoger que comer. Es mucho más efectivo para los restaurantes limitar su elección. Aparentemente, el número optimo de artículos de menú son seis artículos por categoría en restaurantes de comida rápida, y de siete a 10 artículos por categoría en establecimientos de comida más elegante.
11. Imponen un ánimo para gastar
De acuerdo con una investigación psicológica de la Universidad de Leicester, poner música clásica en restaurantes hace que los consumidores gasten más, porque los hace sentir más ricos. Mientras que, la música pop que es menos sofisticada hacía que las personas gastaran 10% menos en su comida.
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