Las experiencias dolorosas que desarrollamos a lo largo de nuestra vida conforman nuestras heridas emocionales. Estas heridas pueden ser múltiples y podemos llamarlas de muchas formas: traición, humillación, desconfianza, abandono, injusticia.
No obstante, debemos de hacernos conscientes de nuestras heridas emocionales y evitar maquillarlas, pues cuanto más tiempo esperemos a sanarlas más se agravarán. Además, cuando estamos heridos, vivimos de forma constante situaciones que tocan nuestro dolor y hacen que nos pongamos múltiples máscaras por el miedo a revivir nuestro dolor.
¿Qué son las heridas emocionales?
Las heridas emocionales son la consecuencia de una vivencia traumática del pasado, en la que los sentimientos y el procesamiento cognitivo posterior se ven condicionados. Las heridas emocionales producen un gran dolor y la persona suele tener pendiente hacer un procesamiento adecuado del trauma y un tratamiento adecuado.
¿Cómo saber si tienes una herida emocional?
En ocasiones, las heridas emocionales vienen desde tan lejos que se han convertido en una parte normalizada de la identidad. Aun así, sus señales calan en algún momento, dando lugar a ciertos patrones:
- Comportamientos de miedo y evitación, o incluso agresividad, ante situaciones similares a las que produjeron la herida emocional.
- Síntomas físicos fruto del miedo y la angustia: contracción muscular, sudoración, parálisis, etcétera.
- Pensamientos rumiativos: es difícil deshacerse de las ideas negativas que circulan por la mente cuando el sujeto se expone a aquello que rasca las heridas emocionales.
Es muy importante sanar las heridas emocionales
Una vez identificada la herida emocional, debes saber que es posible sanarla. Requiere tiempo, trabajo sobre uno mismo y, muchas veces, desbloquear dolores emocionales. Sin embargo, vale la pena el trabajo emocional.
1. Acepta la herida como parte de ti mismo
2. Acepta el hecho de que lo que temes o reprochas te lo haces a ti mismo y a los demás
3. Date el permiso para enfadarte con aquellos que alimentaron esa herida
4. Ninguna transformación es posible si no aceptamos nuestras heridas emocionales
5. Date tiempo para observar cómo te has apegado a tu herida
6. Identifica conductas y corrígelas
7. Vive el presente
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