Manifestantes que conmemoran el Día Internacional de la Mujer se concentraron frente a Palacio Nacional en la Ciudad de México, en una protesta en la que diversos grupos golpearon las vallas metálicas. La manifestación pacífica se vio empañada por actos de violencia que incluyeron el lanzamiento de objetos y la realización de pintas.
La policía se colocó detrás de las protecciones para intentar replegar a las manifestantes, arrojando gas lacrimógeno para disuadirlas. Sin embargo, algunos grupos rompieron partes del piso del zócalo para arrojar piedras a las fuerzas policiales.
En imágenes captadas por Araceli Ledesma y Samantta Hernández de Aristegui Noticias, se observa cómo las nubes de humo naranja salieron de las fuerzas policiales, lo que tuvo un efecto corrosivo en nariz y ojos. Varias personas tuvieron que alejarse para recibir atención médica, mientras que el Colectivo Marabunta ayudó a varias asistentes a limpiar sus ojos y vías respiratorias.
La protesta también incluyó la destrucción de un semáforo y la dobladura de una sección de la valla metálica que rodeaba Palacio Nacional, aunque la policía la reforzó rápidamente.
Este tipo de violencia en las protestas es lamentable y desvía la atención de los verdaderos objetivos de la manifestación. El Día Internacional de la Mujer es una fecha importante para conmemorar la lucha de las mujeres por la igualdad de género y el fin de la violencia de género, y la violencia en las protestas no ayuda a avanzar en este objetivo.
Es importante recordar que la libertad de expresión y la protesta pacífica son derechos fundamentales en cualquier sociedad democrática, pero es fundamental que se respeten los límites y que no se utilice la violencia para conseguir objetivos políticos o sociales.
Las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer deben ser un espacio seguro para todas las personas que participan, donde puedan expresar sus ideas y demandas de manera pacífica y respetuosa, sin recurrir a la violencia y sin poner en peligro la integridad física y emocional de nadie.