TOMAR DECISIONES VALIENTES

Sacerdote Daniel Valdez García (Columnista)

Sábado después del miércoles de ceniza, ciclo A
Sacerdote Daniel Valdez García

Hermanos y hermanas en Cristo Jesús.

Siguiendo nuestro Cuaresmario, o sea calendario de cuaresma, ahora vamos a empezar por el contexto litúrgico y la secuencia de la lectura del evangelio que pone de relieve la importancia del llamado de Jesús a todos nosotros pecadores pues vino por nosotros, no por los justos. Leví también conocido como Mateo, es ejemplo de iniciar sin titubeo su proceso de conversión ante la llamada de Jesús que le dijo: «Sígueme». Y digo iniciar porque nadie se convierte de la noche a la mañana, se trata tal cual de un proceso.

Veamos el contexto. Ante el llamado a la conversión, que en griego se dice “metanoia” y significa cambio de mentalidad, de actuar y de manera de vivir; la llamada a Mateo, apóstol y evangelista, es un referente importante para nosotros los que creemos en Cristo. A mi, personalmente, me gusta más el significado de conversión en hebreo, la palabra “Shub” significa “volver a Dios, retomar el camino, y es usada en los salmos y en el texto del profeta Jeremías en su libro de las lamentaciones. Es más el grito del profeta es «Conviértenos, Señor, y nos convertiremos» (Lamentaciones 5, 21).

Cuántas veces nuestra mente calculadora nos pide ser exageradamente prudentes y “hacer políticamente lo correcto”, pues Jesús no lo hace, es un disruptor, es el primero en cambiar nuestra mentalidad y actitud calculadora. A los que se consideraban perfectos no se les podía pasar por la cabeza que Jesús no solamente le llamara a seguirlo, sino ni tan sólo a sentarse en la misma mesa con Mateo.

Proseguimos con nuestro reto de superar el riesgo de ser timados por ingenuos. Ahora vamos a visualizar aspectos relativos a la religión. Comencemos por citar a san Jerónimo: «Quien no ha leído la Biblia no conoce a Jesucristo», es decir que hay quien solo lo conocen de oídas, no han tenido un encuentro personal, sino formal e institucional; pero quienes solo lo conocen por terceros involucrados en cuestiones costumbristas y tradicionalista estarían en un gran riesgo de fanatismo. Por ejemplo, ninguna imagen por hermosa que sea es Dios verdadero. Sé que a varios les resulta difícil pero es así. Las imágenes las respetamos por lo que representan como el caso de las fotografías y esculturas de nuestras seres queridos y admirados PERO NO LAS ADORAMOS, Dios quieres ser «adorado en espíritu y verdad» (Juan 4, 23 y 24). Cuánto más desafiante es esta actitud para quienes creemos en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía!

El fanatismo es una obsesión por poseer lo divino, por sentirlo tan propio y tan suyo que es “defendido a capa u espada”, el ejemplo más representativo son los extremista Yihadista musulmanes que hacen la llanada “guerra santa”, que por cierto no está en su libro sagrado llamado El Corán. Pues esos extremistas no distinguen entre católicos y los demás que creemos en Cristo, por el solo hecho de confesar a Cristo los matan.

En México hace algunos años hubo una película llama “San Miguel Canoa”, relata lo acontecido y que terminó en asesinato de jóvenes universitarios en esa foranía del Estado Puebla. Hoy en día escuchamos expresiones como las de los presidentes populistas del Foro de Sao Pablo manipulando la persona y el mensaje de Cristo polarizando a la sociedad contra la Iglesia católica.

Que impedirá tomar en serio nuestra conversión y la salvación de nuestras almas. A ejemplo de san Mateo no titubeemos.

Amén, amén, Señor Jesús.