Por: Daniel Valdez García
Este 11 de enero es el “Día internacional del agradecimiento”, y a propósito comparto la siguiente reflexión sobre una de las más grandes virtudes.
La GRATITUD es la memoria del corazón, es la más grande virtud porque está engendra a otras virtudes. De ahí que alguien ingrato no sea amado. Fue por mucho tiempo virtud de reyes, príncipes, nobles y hábito de los nobles. Con mas o menos palabras, en la hermosa ciudad de Puebla había en el Parían o mercado de artesanías unos grabados que tocaban las almas y unían los corazones.
Es de bien nacidos ser agradecidos, y si somos compartidos seremos bendecidos.
Así que mi aporte hoy parte del siguiente himno litúrgico:
“Sentencia de Dios al hombre antes que el día comience: “que el pan no venga a tu mesa sin el sudor de tu frente.