Por Adriana Delgado Ruiz | @AdriDelgadoRuiz
Ese sábado fatídico en que nuestra selección cayó ante la de Argentina, más mexicanos que nunca, 40.5 millones, estaban al borde de la silla. Consumada la derrota, la pregunta dominó el ambiente: ¿llegará el día en que la Selección deje de ser una decepción? Si México será el primer país en la historia en ser sede de una tercera Copa del Mundo en 2026, junto con Canadá y Estados Unidos, esta tendría que ser también la gran oportunidad para el tan anhelado cambio radical.
Es cuestión de amplitud de miras. El futbol como deporte inspira, da estructura, fomenta la competencia sana y la búsqueda de triunfo. Esa mentalidad de disciplina y esfuerzo debe cultivarse desde la escuela. En una educación de excelencia, la práctica deportiva es fundamental. Tener instalaciones dignas para entrenar y competir aleja a los jóvenes de las drogas y la delincuencia. Si los esfuerzos se enfocan en ello, no solo tendríamos mejores jugadores de futbol sino miles y millones de mejores ciudadanos.
La Selección Mexicana no nos cuesta económicamente como ciudadanos o contribuyentes porque es un negocio privado, pero sí porta los colores nacionales y nos representa como país, así que su nivel deportivo nos incumbe a todos.
Su valor en dinero, de acuerdo con la plataforma especializada Transfermarkt, es de 244,5 millones de euros. Si bien está lejos de los 764,5 millones de euros que vale la selección argentina o los 1,350 millones de la inglesa, también lo es que detrás de esos equipos hay todo un plan de país para generar fuerzas básicas y talentos que alimentan su valor y aspiraciones reales de ganar un mundial.
Justo por la pasión que desencadena, el futbol es una herramienta de promoción inigualable para atraer inversiones a un país y esa ventana de grandes oportunidades la tendremos abierta tan pronto como dentro de cuatro años. En la Copa del Mundo 2026, en vez de 32 serán 48 países disputando ya no 64 sino 80 partidos, 10 de los cuales se jugarán en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. ¿Estamos listos y somos capaces de no dejar pasar la ocasión para atraer capitales internacionales que generen aquí empleos, progreso y bienestar?
Lo que todos esos inversionistas siempre buscan es un estado de derecho sólido; seguridad jurídica; certidumbre de una política económica e industrial con un enfoque bien definido; eliminar regulaciones absurdas y excesivas; reglas claras en los temas fiscales y comerciales e infraestructura para desplazar mercancías eficazmente.
¿Estamos aplicados en ello? Preguntémonos muy en serio: ¿Como vamos a recibir a tantos visitantes del mundo sin resolver nuestra problemática de inseguridad pública y si no acabamos con atrocidades como la violencia contra las mujeres y los feminicidios?
México tiene prestigio de buen anfitrión. Cada año aquí se realiza un partido de la NFL, uno de la NBA e incluso un gran premio de Fórmula 1 con mucho éxito. Pero el futbol es el futbol: tiene las grandes masas de aficionados y un mundial se extiende por semanas.
Ese es el valor del arraigo del futbol entre los mexicanos y en el planeta entero que como país no estamos aprovechando. Aquí, la gran mayoría de quienes disfrutan los partidos lo hace, indiscutiblemente, por televisión abierta que continúa superando por mucho a la audiencia de la TV de paga y de las plataformas digitales.
Entre los 40.5 millones de mexicanos que vieron el partido México vs. Argentina, El Canal del Mundial, Azteca 7, tuvo un alcance de prácticamente la mitad, 19 millones. El resto de la audiencia estuvo repartida entre los otros dos canales de TV abierta que lo transmitieron y las plataformas de paga.
Que no nos llegue el mundial de 2026 sin estar preparados para aprovechar todo su potencial para nuestro país.
Esperemos que hoy los pronósticos hayan cambiado, y que México pase a Octavos de final. Que nuestra selección mexicana nos demuestre pasión,entrega y coraje por el triunfo.