El Presidente de la Central Campesina Independiente, José Amadeo Hernández Barajas, advirtió que a tres años del actual gobierno, la producción de alimentos ha caído en un 7 por ciento, esto, a pesar de que la autosuficiencia alimentaria es una de las líneas centrales del Plan Nacional de Desarrollo y el primer objetivo del Programa Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural 20202024.
Además México no es ajeno a los daños que está generando el conflicto bélico, sobre todo en la agricultura, ya que siendo los países en conflicto, de los principales productores y exportadores de granos y fertilizantes, se ha generado escases y encarecimiento de estos bienes.
“Y como siempre, la crisis golpea a las clases más pobres. Campesinos y colonos de las zonas urbanas-popular resentirán con mayor crudeza los efectos de estas crisis”.
El dirigente nacional de la CCI inauguró el LVIII Congreso Agrario Nacional y ante los asistentes expuso que las perspectivas de crecimiento del país a mediano plazo se han deteriorado y hace falta reactivar la inversión e impulsar la productividad.
Los precios de los alimentos han sido los que más han crecido en los dos años de pandemia. Un ejemplo es el aumento en el precio de la tortilla y de la carne de res, que entre diciembre de 2019 y febrero de 2022, aumentaron casi un 50 por ciento, destacó.
José Amadeo Hernández Barajas comentó hacia el año 2030 seremos casi 140 millones de mexicanos y no estamos produciendo los alimentos necesarios, casi la mitad de nuestro consumo depende del exterior.
Y ante esta tendencia el gobierno se ha negado a escuchar las necesidades de los productores, las propuestas de sus organizaciones, que enfrentan altos costos de producción por lo caro de los principales insumos y energéticos y falta de apoyo para mejorar la productividad como única alternativa de aumentar la producción, sentenció el dirigente de la CCI.
Es indispensable que se rediseñe el presupuesto de apoyo al campo, abandonar la visión asistencialista y dar paso de una vez por todas a una política de estado para el campo; necesitamos una política productiva con sentido social y una política social con sentido productivo.
Ante la crisis que enfrenta el país en la producción de alimentos, nos pronunciamos por un cambio en las políticas públicas hacia las organizaciones sociales, que este año han sufrido un nuevo embate a través de nuevas reglas fiscales.
Asimismo demandamos la recuperación del fomento productivo para apoyar a los pequeños productores, que les permita abatir los altos costos de producción, agregar valor a su producción y comercializar en condiciones equitativas.
Igualmente requerimos programas sociales que garanticen el bienestar de la población rural y de las colonias populares en materia de salud, educación, cultura y recreación, deporte, nutrición, seguridad pública y seguridad social. Todo encaminado a erradicar pobreza, marginación y desigualdad.
México requiere un campo ordenado, productivo, rentable, sustentable y justo, que es el campo que aspiramos construir para dejar a nuestros hijos, a quienes vienen atrás y tienen derecho.