Como el título del libro en el que el autor estadounidense John Keneth Turner retrató varias realidades complejas del país y su sistema político, en el entorno de la llamada Cuarta Transformación, la del México moderno y luego de dos periodos de cruenta violencia y en medio de la lucha en contra de la pandemia de Covid-19, el panorama pareciera no haber cambiado demasiado en la nación.
Luego de los dos sexenios predecesores al de Andrés Manuel López Obrador, la cifra de muertos por homicidio doloso en el país, en los periodos de Felipe Calderón y el de Enrique Peña Nieto, en el que el periodo de gobierno del priista cerró con 14% más que en el sexenio en el que se estableció la llamada Guerra contra el Narco.
Los números que son fríos y que nos permiten realizar el análisis más allá de los discursos arrojan que se presentaron 156 mil 437 homicidios, durante el gobierno de Peña, 34 mil 824 más que los 121, 613 registrados por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) en el sexenio de Calderón, cifras que se encuentran ya muy cercanas a la de la actual administración, con todavía tres años más de camino por delante.
El balance arroja que la experiencia previa de 12 años como observante de la realidad nacional en materia de seguridad, no fueron suficiente aprendizaje para los estrategas, pues la cifra de homicidios dolosos incluyendo al feminicidio en el país, ya supera los 100 mil casos, es decir 56 mil menos que los del cierre del periodo de gobierno de Peña Nieto y a 20 mil registros de alcanzar al tan criticado combate al crimen del ex presidente Calderón Hinojosa.
Quince años después y con al menos 62 masacres registradas en el recientemente extinto 2021, podemos anticipar que el incremento en el despliegue de cuarteles de la Guardia Nacional y de elementos en las diferentes corporaciones, no solo no lograron reducir las muertes de sus antecesores sino que están en vías de superarlas de manera histórica.
Escalofriantes son las escenas de crimen, muerte y dolor para cualquier nación que en tres distintos periodos de gobierno, -aparentemente distintos en su discurso, color de partido y conceptos- relata como parte de su historia, que en tres lustros se contabilizan pérdidas humanas por más de 378 mil 050 vidas, sin meter a este esquema las que la pandemia de Covid-19 en una circunstancia totalmente opuesta ha ingresado al registro de defunciones en el país.
México bárbaro, bastante porque no permite pensar que la pandemia de la violencia ceda terreno, ni vislumbre mejores tiempos de aquí a que concluya la administración en la que se afirmó que no habrían masacres y que este sería un mejor sitio para vivir.
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