El ganador de las elecciones presidenciales en Perú tiene en su horizonte el aviso de su predecesor, Francisco Sagasti, sobre unas “reformas constitucionales apresuradas” planeadas por el Congreso saliente que “debilitarían aún más” al Ejecutivo frente al Legislativo, que ya depuso a un presidente en 2020, en medio de una crisis política sin precedentes.
Sagasti, electo diputado en unos comicios extraordinarios en 2020 tras la disolución del Legislativo, llegó a la Presidencia provisional por votación de la mayoría parlamentaria para ocupar ese cargo tras la renuncia de Manuel Merino, quien había asumido la primera magistratura después de la destitución de Martín Vizcarra, en noviembre de 2020.
El presidente saliente se refirió en varios tuits a la “controvertida legislatura”, autorizada el 1 de junio en el Parlamento, que estableció un cuarto período legislativo de poco más de un mes.
Para aprobar reformas constitucionales en Perú se requieren dos legislaturas, pero al Congreso solo le queda una, por lo que admitió una extensión extraordinaria de junio a julio para aprobar en plenaria temas como la regulación de la cuestión de confianza y la vuelta a la bicameralidad, antes de que se instale el nuevo Parlamento (2021-2026), el 27 de julio.
Para volver al sistema bicameral se modificarían “65 artículos de la Constitución” y se “debilitarían aún más las potestades del Poder Ejecutivo frente al Congreso, rompiendo el equilibrio de poderes”, afirma Sagasti, quien calificó como un irrespeto a la Constitución que “en pocos días se pretenda aprobar más de una docena de reformas” sin “un debate profundo y una amplia aceptación de su contenido”.