Al parecer, es toda una tendencia histórica, la retención del poder sin importar el costo social y sin importar la desestabilidad que se puede generar entre los gobernados.
Y luego los políticos se preguntan, por qué la gente ya no les cree.
Ante una elección muy reñida en EUA, Biden pide contar los votos en apego a una acción de legalidad y congruencia y, por otro lado, Trump argumenta un fraude, muy a pesar de que la sociedad americana está muy divida; una sociedad legalmente armada.
En Chile, en una consulta (plebiscito), el pueblo decidió cambiar su Constitución de 1980 (de la época de Pinochet) para generar una nueva.
Diferentes elecciones de América Latina fueron postergadas por el covid-19, por ejemplo: la Presidencial de República Dominicana, las municipales de Uruguay, la Presidencial de Bolivia, las de Coahuila e Hidalgo en México, las municipales de Brasil y las legislativas en Venezuela.
Estas dos últimas se realizarán en noviembre y diciembre de este año.
Ahora bien, Bolivia enfrentó manifestaciones sociales por el periodo que se retrasó la elección, por la estancia dudosa de Jeanine Áñez como interina y la posible llegada de un candidato ganador del equipo de Evo Morales.
Como resultado de las elecciones de EUA y el disgusto de ideas socialistas, le tocará el turno a Bolsonaro en Brasil, donde su presencia como mandatario, incrementó la participación de candidatos de las fuerzas armadas, lo que llaman “efecto Bolsonaro”… quizá Bolsonaro tenga seguro que perfiles afines a él ganen las elecciones municipales, lo que le daría estabilidad a su gobierno pero quizá no a su sociedad.
La pregunta aquí es, el pueblo boliviano no alcanzó a ver los efectos electorales de EUA contra el populismo fingido de Trump; ¿el pueblo brasileño, tomará otro rumbo distinto o preferirá seguir con perfiles similares al de su Presidente?
Sin embargo, del otro lado del mundo, Macron y su partido perdieron las ciudades claves por un partido emergente con ideas ecologistas y de izquierda que manejan el lema de “es mandato actuar por el clima y la justicia social” (justicia social – lema del PRI por si hay duda de la posición ideológica del partido en México).
Este hecho y revés al gran partido francés de Macron, lo llevó a cambiar a todo su gabinete y aceptar varías políticas de los otros partidos, es decir, lo llevaron a la pluralidad de expresiones; sin embargo, este hecho no incrementó su popularidad.
Qué vemos… EUA tratando de sacar a populistas, Bolivia recibiendo a un colaborador de Evo (que no sabemos cómo actuará), Brasil impulsando líderes militares, Macron perdiendo credibilidad año con año… qué aprenderemos en México de todo esto para 2021.
En México qué está pasando, y por citar unos ejemplos:
Un 2019 sin crecimiento, una pandemia que no está controlada, violaciones al estado de derecho como el caso de Rosario Robles y la protección del Estado para la figura de “testigos protegidos”; una Jefa de Gobierno de la CDMX peleada con el López-Gatell que no envía a semáforo rojo a nuestra ciudad ante un crecimiento claro de casos; un Congreso de la Unión sesionando al vapor para sacar las reformas del Gobierno; dinero en obras en sentido contrario de la economía mundial; imposición de personas en cargos públicos; Gobernadores separados del Federal; feminicidios a la alza; salud y medicamentos inaccesibles y/o no universales; consultas populares que no dan solución a las necesidades económicas y jurídicas de la sociedad; catástrofes climáticos que han agrandado las complicaciones generadas por la pandemia; vidas perdidas y comercios cerrados o en vías de cerrar… a todo esto, ¿qué solución real, auténtica y sustentada tienen nuestros Gobiernos (Federal/Estatal/Municipal), nuestros Congresos, nuestro Poder Judicial, los partidos políticos y nuestra sociedad civil? Esta última, si muy participativa pero dividida y también polarizada.
Pues la solución ya no está en las ideologías, tampoco está en una sola persona; está en solucionar todas las causas de fondo (las agendas partidistas son de algunos y de todos).
Estamos por llegar a un momento en el que las brechas de ser rico y pasar por todas las denominaciones para ser pobre, se empiecen a reducir, hasta llegar a solo dos -mal denominadas- categorías. Lo que no vemos es que la economía estancada, la inseguridad, las diferencias de género, la mala educación, el mal servicio de salud y un medio ambiente contaminado no discriminan, y eso nos afecta a TODOS.
Gobiernos pasan y no hay agendas de causas; por ello, fíjate bien en 2021 para poder pensar en un 2024; total, ni neoliberal ni popular dan efectividad.