“Esta es una época de oro, para los charlatanes” afirma Moisés Naím (Líbano, 1952), que por catorces años (1996-2010) fue director de la prestigiada revista Foreign Policy, en entrevista con Hugo Alconada, de La Nación de Buenos Aires, que reproduce El Universal (17.04.20).
Naím, nacionalizado venezolano, se pregunta ¿cómo es posible que les crean a estos charlatanes totales? y añade que para sus seguidores lo que dicen “no tiene que ver con evidencias, con la verdad, sin consentimientos muy fuertes de afiliación con esos charlatanes” y se muestra sorprendido de que, “muchos de esos seguidores son gente sofisticada, informada, viajada y leída”.
Quien fuera Director del Banco Central de Venezuela y Director Ejecutivo del Banco Mundial se dice preocupado por el “desprecio de los hechos, de la ciencia, de los expertos que ha demostrado el populismo con su supuesta lucha en defensa del pueblo en teoría maltratado por los expertos”.
El autor de El fin del poder (2013) plantea, con relación a la pandemia, su “miedo de que este tipo de eventos aumente la propensión al autoritarismo. A raíz de esto pueden darse repuestas autocríticas, dictatoriales y conculcarse los derechos civiles de la gente”.
Y asegura es necesario “proteger a la democracia en circunstancias en que la gente desesperada, ansiosa, preocupada y asustada está dispuesta a hacer concesiones a sus derechos, a las libertades políticas propias de una democracia. Y puede haber gobiernos que caigan en las grandes tentaciones de aprovecharse de eso miedos en momentos en que el proteccionismo puede matar”.
La columna de Naím para El País de España, también se publica en Francia, Italia y en periódicos de América Latina. Afirma que “el virus no respeta fronteras de ningún tipo. Es un virus altamente globalizado. Por eso está bien que el virus esté siendo atacado de manera local en cada ciudad y cada país, pero hay una parte económica que necesita coordinación global”.
Los líderes del mundo hablan de manera preocupada “acerca de la crisis económica y de la necesidad de reanimar las economías, de inyectarles liquidez, de impedir que haya grandes bancarrotas de empresas, que el desempleo no llegue a niveles estratosféricos (…) y cabe la esperanza de que es preocupación, es miedo, los impulse a tomar decisiones, a trabajar coordinadamente”, dice quien en 2011 recibió el Premio Ortega y Gasset.
En la visión de Naím, al presidente López Obrador “le va a afectar mucho la crisis económica de su país, con una política bastante agresiva contra el sector privado y la manera en la que ha enfrentado la pandemia. Eso lo pagará políticamente en términos de popularidad”.
Twitter: @RubenAguilar