Desde hace muchos años el sector minero mantiene una lucha para evitar el despojo y arrebato de contratos colectivos, minas e incluso empresas por parte del senador Napoleón Gómez Urrutia.
El senador utiliza el esquema de quitar a la fuerza y despojar a la brava, actualmente lo quiere implantar desde el Senado.
Gómez Urrutia solicitó al Gobierno federal intervenir a la empresa Altos Hornos de México, acción que fue considerada como absurda por especialistas, estos argumentan que el senador actúa bajo interés propio, el solicitar la Intervención federal para expropiar una empresa es un acto que atenta contra la propiedad privada, creando desconfianza en el país.
Urrutia ha intentado que mineras y de otros sectores se retiren de México para ir a invertir a Canadá, país del que tiene la nacionalidad desde 2014.
El arrebatar empresas utilizando a los trabajadores como pretexto es la herramienta que más frecuenta el senador, hace algunos años logró a golpe de huelgas y lucrando con el hambre de los trabajadores, hacerse de una mina, la de Huautla en Morelos. En la cual los propios mineros cuentan que fueron momentos difíciles en donde muchas familias fueron afectadas. La mina la puso a nombre de dos de sus colaboradores.
Los trabajadores no son su prioridad, nunca se ha sentido identificado con ellos, de hecho, no es minero, mucho menos obrero y tampoco sabe de carencias.
La política es una herramienta para extiende su modus operandi, uno de sus últimos intentos ha sido el acabar de tajo con más de ocho millones de empleos legales producto de la subcontratación, satanizando todo esquema del mismo.
Cabe mencionar que hoy cuenta con 55 millones de dólares, mismos que insiste en no regresar a los mineros, recursos con los que podría, advierten, comprar una o varias minas.
Para propios y extraños no deja de sorprender al evidenciar su hambre de poder, no importando que secuestre minas, que utilice su posición de senador para arrebatar empresas.
