El hablar de adicciones en nuestros tiempos, se sigue vinculando con el consumo y abuso de sustancias tóxicas, los fármacos e incluso los alucinógenos. Lo cierto es que; las adicciones no solo se tratan del consumo de aquellas sustancias tóxicas, sino también de aquellas conductas probablemente indeseadas por un individuo.
No es un deseo, es una necesidad insaciable y crónica. La “hipersexualidad” mejor conocida como adicción al sexo es un trastorno de conductas sexuales totalmente compulsivas, en donde la persona cada vez realizada la conducta busca elevar el placer, aunque esta conducta para algunas personas es totalmente indeseada, generando una frustración.
La doble vida del adicto al sexo, es totalmente latente y persistente, buscando otras conductas que complementen la satisfacción o simplemente la necesidad de abordar dicha conducta, como lo son: pornografía, masturbación compulsiva, la práctica del “sexting” (compartir videos y/o fotografías de la zona erógena a través de los servicios de internet) e incluso llegando a la prostitución con el fin de conseguir placer inmediato por necesidad indeseada.
En ocasiones el adicto al sexo tiene problemas con una sola conducta, en otras ocasiones son al por mayor. El sexo se convierte en lo más importante en el entorno de la vida del sujeto, logrando generar un descontrol de sus emociones, comportamientos y pensamientos; siendo esto a su vez un impedimento para llevar un equilibrio constante en su vida, como la felicidad y una calidad de vida digna en su persona.
Lic. Psic. Sergio Toribio Hernández
Licenciado en Psicología, Diplomado en Sexualidad Humana, Psicología Criminal y Psicología del Trabajo; conferencista, tallerista y ponente. Colaborador especialista en programas de radio y televisión.
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