El pasado siete de junio, el gobierno del presidente López Obrador se doblegó a la exigencia del presidente Trump y se comprometió a implementar la política migratoria dictada por los Estados Unidos.
Días atrás, el martes 10 de septiembre, el canciller Marcelo Ebrard estuvo en la Casa Blanca, para sujetarse a la evaluación de la implementación de esa política acordada hace ya tres meses.
Ese día el presidente Trump agradeció a Ebrard que el gobierno mexicano estuviera cumpliendo a cabalidad lo que le había exigido y se mostró complacido con los resultados. Después del encuentro tuiteó: “increíbles progresos en nuestra frontera sur”.
El canciller, en el informe que exige la Casa Blanca, dijo que la entrada de migrantes centroamericanos a México se había reducido en 56 % como producto de la militarización de la frontera norte y sur a cargo de más de 20,000 efectivos de la Guardia Nacional y anunció que ésta se va a mantener de manera indefinida.
En esa ocasión Ebrard dijo que “la estrategia mexicana ha dado resultados muy importantes de acuerdo a la ley mexicana para que los flujos migratorios se den de acuerdo a la ley, y por lo tanto lo que se ha observado es un descenso muy significativo. En síntesis, lo que México ha hecho ha dado resultado”.
El canciller afirmó que “no está avergonzado” por la aplicación del plan ordenado desde la Casa Blanca y que en el futuro se va a seguir “en esa línea”. El gobierno de México trabaja con entusiasmo, para cumplirle a Trump.
Los dos gobiernos anunciaron que se ampliaba el programa por el cual México acepta a más migrantes centroamericanos deportados por Estados Unidos en espera de que se resuelvan sus solicitudes de asilo.
Ebrard anunció como un logro que se seguirá con la misma política y que no estaba contemplada en “el corto plazo ninguna medida diferente a las que ya se conocen”. En todo caso dejó abierta la posibilidad de que en el largo plazo si pudiera haber cambios.
ACNUR estima que, como producto de la nueva política migratoria al final del 2019, México recibirá 80,000 solicitudes de asilo por parte de centroamericanos y a los miles de éstos que son deportados por Estados Unidos en espera de que se resuelvan sus solicitudes de asilo.
En la reunión del 10 de septiembre se anunció la creación de un grupo binacional, para combatir el tráfico de armas que de manera ilegal entran de Estados Unidos a México. En administraciones anteriores los estadounidenses han hecho distintos compromisos y todo ha seguido igual. No hay nada que diga que ahora sí se va a detener el flujo o por lo menos disminuir.
Twitter: @RubenAguilar