El presidente de la República, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, decidió la militarización de la frontera norte y sur como elemento central de la estrategia, para impedir el paso de los migrantes centroamericanos por el territorio nacional y también, para que no ingresen a los Estados Unidos.
En total se han desplegado 23,500 efectivos de las Fuerzas Armadas y de la Policía Federal ya que la Guardia Nacional todavía está en período de formación. Son 15,000 efectivos en la frontera norte y 8,500 en la frontera sur, de acuerdo al secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval González.
Los efectivos destinados a la frontera norte cubren desde Tijuana a Matamoros y los de la frontera sur están divididos en dos grupos: 2,000 distribuidos en la frontera con Guatemala y Belice y 6,500 en el área de Chetumal a Tapachula y en el Itsmo de Tehuantepec como segundo anillo de contención.
En versión del secretario de Defensa “estamos haciendo todo una cobertura en la frontera sur y ahí estamos coadyuvando con el esfuerzo del Instituto Nacional de Migración (INM), que tiene la facultad para hacer el aseguramiento de personas y los estamos apoyando para poder llevar esta actividad”.
Esto quiere decir que las Fuerzas Armadas detienen a los migrantes, incluyendo a los niños, y después se los entregan al INM, para que los lleve a una estación migratoria y luego los deporte. La prensa ha publicado imágenes que muestran que esto mismo están haciendo las Fuerzas Armadas en la frontera norte.
El secretario de la Defensa señala que el INM no tiene los elementos necesarios para implementar la nueva estrategia de contención de los migrantes y que por eso las Fuerza Armadas se han visto en la necesidad de apoyarlos.
A lo largo del siglo XX y lo que va del XXI nunca se había adoptado como parte de la estrategia del gobierno, para hacer frente al tema de la migración, a la militarización de las dos fronteras para evitar el ingreso de los centroamericanos que huyen de sus países por la violencia y la pobreza.
En versión del secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, la estrategia responde a que el gobierno “no puede ser ingenuo, en muchos casos los cruces y los flujos migratorios están vinculados a tratantes de personas y a crimen organizado, que ha hecho de la migración uno de los grandes negocios”.
Tres preguntas: ¿Cuántos de los 400,000 o más migrantes centroamericanos que cada año cruzan el territorio nacional en busca de llegar a los Estados Unidos son llevados por polleros o como parte del negocio del crimen organizado? ¿Cuántos de estos criminales ya han sido arrestados? ¿En qué cárceles están?
La militarización de las dos fronteras forma parte de los compromisos que el presidente López Obrador asumió con el presidente Trump y que se sabe que todos los días supervisa el canciller Marcelo Ebrard, responsable general de la implementación de la estrategia. En días, Trump va a decidir si su implementación le resulta o no satisfactoria ¿Si no la ve bien, qué sigue?
Twitter: @RubenAguilar