Rubio advierte riesgo global por cierre de Ormuz: “suicidio económico”.
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¿Por qué preocupa el posible cierre del estrecho?
El estrecho de Ormuz volvió al centro del debate internacional tras la aprobación, por parte del Parlamento iraní, de una iniciativa que contempla su posible cierre al tránsito marítimo, una decisión que aún requiere el aval de otros organismos del país. En este contexto, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, lanzó una advertencia clara: cerrar esta vía sería un “suicidio económico” para Irán.
Durante una entrevista, Rubio pidió a China que intervenga para disuadir a Teherán de cerrar el estrecho, recordando que gran parte de su petróleo depende del tránsito por esa zona. “Si hacen eso, será otro error terrible. Dañaría mucho más las economías de otros países que la nuestra”, afirmó. Además, insistió en que tal acción provocaría una respuesta internacional severa.
¿Qué implicaciones tiene cerrar el estrecho?
El estrecho de Ormuz, situado entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán, es un punto estratégico de la economía global. Por él circula diariamente cerca del 20 % del crudo mundial, lo que lo convierte en una de las rutas energéticas más importantes del planeta. Su punto más estrecho mide apenas 54 kilómetros, pero por ahí transitan cada día más de 13 buques cisterna, que movilizan alrededor de 15 millones de barriles de petróleo.
Las amenazas de bloqueo por parte de Irán no son nuevas. Desde hace años, las tensiones con Estados Unidos e Israel por su programa nuclear han llevado a Teherán a advertir sobre la interrupción del tránsito petrolero, aunque nunca se concretó. Aun así, la región ha sido escenario de confiscaciones de embarcaciones y ataques a petroleros.
¿Qué otros antecedentes existen?
El antecedente más relevante ocurrió en 2018, cuando EE.UU. se retiró del acuerdo nuclear con Irán, lo que desencadenó un endurecimiento de sanciones. En 2019, Irán respondió amenazando con bloquear el paso. En 2021, el país inauguró una terminal petrolera en Jask, en el mar de Omán, con un oleoducto de mil kilómetros para evitar depender exclusivamente del estrecho.
Este año, tras el ataque israelí al consulado iraní en Damasco, la tensión volvió a escalar. Ahora, con bombardeos israelíes a infraestructuras nucleares iraníes y la respuesta militar de Teherán, el temor a un cierre del estrecho y sus repercusiones en los mercados mundiales vuelve a cobrar fuerza.
Rubio dejó claro que Washington está abierto al diálogo, pero también preparado para responder con fuerza si se concreta una acción que, según dijo, “pone en riesgo la economía global”.
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