¿Reducción de condenas con lectura? En Brasil es posible 

¿Reducción condenas con lectura?

¿Reducción condenas con lectura?¿Reducción de condenas con lectura? En Brasil es posible.

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¿En qué consiste la redención por lectura?

Desde 2013, Brasil impulsa una iniciativa legal que permite a personas privadas de la libertad reducir su condena leyendo libros. La norma, conocida como “Redención por la lectura”, permite descontar hasta cuatro días de pena por cada libro leído, con un máximo de 12 libros por año.

Esta política busca promover la educación y el acceso a la cultura dentro del sistema penitenciario. Para obtener el beneficio, los internos deben entregar un informe escrito sobre cada obra. El objetivo, además de disminuir el tiempo en prisión, es estimular el pensamiento crítico y mejorar la salud mental de los reclusos, contribuyendo así a una reinserción social efectiva.

¿Qué resultados ha generado la medida?

La aplicación de esta ley ha tenido impactos positivos. En diversas cárceles del país se ha registrado un incremento en la participación en programas educativos. Además de reducir condenas, la lectura ha demostrado ser una herramienta transformadora que ofrece nuevas perspectivas a los internos.

Especialistas en justicia y derechos humanos destacan esta propuesta como un ejemplo de cómo la educación puede cambiar vidas. La posibilidad de leer literatura clásica, obras científicas o filosóficas ayuda a que los internos desarrollen empatía, amplíen sus horizontes y enfrenten mejor su futuro fuera de prisión.

El sistema exige, además, una evaluación de los textos leídos mediante ensayos, lo que garantiza que el proceso sea serio y significativo. A pesar de las críticas iniciales, los responsables del proyecto aseguran que muchos reclusos han mejorado su capacidad de expresión escrita y su comprensión lectora.

¿Cuáles son los contras de esta iniciativa?

A pesar de su impacto favorable, la iniciativa se enfrenta a varios desafíos estructurales. Datos oficiales revelan que el 70 % de los reclusos brasileños no completó la educación primaria, y cerca del 8 % es analfabeto. Esto limita el alcance de un programa que requiere habilidades básicas de lectura y escritura.

Por otro lado, las condiciones en las cárceles brasileñas han sido señaladas por organismos internacionales por ser deficientes. El hacinamiento y la violencia complican la implementación de proyectos culturales, aunque iniciativas como la creación de bibliotecas y funciones de cine han intentado revertir ese panorama.

A pesar de estas dificultades, la ley de “Redención por la lectura” se mantiene como un modelo de rehabilitación innovador, con un enfoque más humano. Al reconocer que la prisión no debe únicamente castigar, también tiene posibilidad de brindar oportunidades de cambio, Brasil apuesta por una justicia que busca reinsertar y no sólo castigar.


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