El fenómeno meteorológico Erick, que marcó el inicio de la temporada de huracanes en el Pacífico mexicano, se degradó a tormenta tropical este jueves al tocar tierra en el estado de Guerrero. A pesar de su debilitamiento, continúa representando un riesgo importante para la región sur del país, con lluvias intensas, oleaje elevado y posibilidad de deslaves, advirtió el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
De acuerdo con el más reciente reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el centro de la tormenta se ubicaba a las 15:00 horas a 60 kilómetros al nor-noreste de Acapulco, presentando vientos sostenidos de 85 kilómetros por hora y rachas que alcanzan los 100 km/h. Su trayectoria mantiene un desplazamiento hacia el noroeste a una velocidad de 19 km/h.
Las bandas nubosas asociadas a Erick han generado precipitaciones de gran intensidad. Se prevén lluvias torrenciales —con acumulaciones que oscilan entre los 150 y 250 milímetros— en los estados de Guerrero y Oaxaca. Además, se esperan lluvias intensas de hasta 150 milímetros en regiones del sur de Veracruz, Puebla y Chiapas, lo que podría provocar desbordamientos de ríos, afectaciones en zonas bajas e inestabilidad en zonas montañosas.
En las costas del Pacífico sur, el impacto no se limita a la lluvia. Se estima un oleaje de entre 2.5 y 3.5 metros en los litorales de Guerrero y Oaxaca, y de hasta 2.5 metros en Chiapas, por lo que se mantiene activa una zona de prevención por efectos de tormenta tropical desde Acapulco hasta Técpan de Galeana.
Hasta el momento, autoridades federales no han reportado pérdidas humanas ni daños mayores, aunque insisten en mantener medidas de precaución y atender los avisos de protección civil. A diferencia de huracanes como Otis (2023) o John (2024), en esta ocasión se implementaron alertas tempranas y operativos de prevención desde el inicio de la semana.
La temporada 2025 podría presentar una actividad ciclónica por encima del promedio, con hasta 37 sistemas con nombre entre el Atlántico y el Pacífico, y al menos cinco con potencial de impacto directo en territorio nacional, según estimaciones del SMN.