Por: Luis Humberto Fernández
Es imposible suponer que se puede ser tan irresponsable, tomar decisiones arbitrarias, amenazar a todo el mundo y pensar que no va a pasar nada. Hoy, la realidad le está pasando factura a Donald Trump, a partir de las redadas con uso de fuerza excesiva que se realizaron en California y que han generado movilizaciones en Los Ángeles, decenas de arrestos, saqueos, periodistas detenidos y un toque de queda impuesto por la Alcaldesa Karen Bass.
Es la primera vez que un Presidente de los Estados Unidos convoca a la Guardia Nacional sin la solicitud de un gobernador desde 1965, con una diferencia de fondo, aquella vez se hizo para proteger los derechos civiles, cuando el Presidente Lyndon B. Johnson envió a la Guardia Nacional a Alabama para proteger a los manifestantes en Selma; hoy se envía esta fuerza federal para vulnerarlos.
Trump ya no sabe qué hacer, echarle la culpa a la Presidenta Claudia Sheinbaum de movilizaciones en su país, es desafortunado y distante de la realidad. Y está desesperado por todos los frentes abiertos que tiene: la presión en la Guerra ruso-ucraniana, en la que Kiev ataca directamente a Moscú, por lo que Estados Unidos se tiene que replegar; el intento de negociación Israel-Palestina está agotado; la guerra comercial con China perdida; su principal apoyo político que llegó a ser inquilino de la Casa Blanca y vecino de Mar-a-Lago, hoy está en pleito directo con él; continua acumulando fracasos en su Suprema Corte; y el revitalizamiento de Bernie Sanders, representan la dura respuesta de la realidad a su narcicismo absurdo, que enfrenta cero logros y todos los descalabros.
Los Ángeles no representa una pifia, puede ser un punto de inflexión en la historia estadounidense, en el cual choquen dos proyectos que Trump puede hacerlos incompatibles y lleven a un conflicto de largo plazo. En todo caso, el mandatario lejos de detener la decadencia americana, la está precipitando. Al respecto, el Gobernador de California, Gavin Newsom, señaló: “Esto no se trata de la seguridad pública. Se trata de halagar el ego de un presidente peligroso.”
Es de particular interés que la Secretaria de Seguridad de Estados Unidos, Kristi Noem, diga que las manifestaciones en California son provocadas por la Presidenta Claudia Sheinbaum; imagínense cómo tienen ponderada a la Presidenta que supongan que con una sola y supuesta declaración, pueda generar protestas en otro país. Si fuera así, eso sería un verdadero liderazgo y nos gusta que se lo reconozcan. La realidad es que la Presidenta señaló en conferencia: “nunca hemos llamado a una movilización violenta, jamás en toda nuestra vida… Desde el primer momento dijimos que no estábamos de acuerdo con las redadas … nosotros siempre hemos estado a favor de las manifestaciones pacíficas”.
El problema de fondo de Trump es que enfrentará uno de los dilemas más importantes en su gestión, tener que tomar posturas racionales cayendo en el TACO (Trump Always Chickens Out o en español, Trump siempre se acobarda), o seguir empujando y generar una crisis como no se han visto en la historia reciente del país norteamericano.