El gobierno busca retener hasta 30,000 personas en la base naval
El gobierno del presidente Donald Trump tiene en marcha un plan para enviar miles de migrantes indocumentados a Guantánamo, lo que representa un giro drástico en la política migratoria de Estados Unidos. Según documentos revelados por POLITICO, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) evalúa transferir al menos 9,000 personas a la base naval ubicada en Bahía de Guantánamo, Cuba, con la intención de escalar a una capacidad de hasta 30,000 detenidos.
Las primeras transferencias podrían comenzar esta misma semana. El objetivo declarado es liberar espacio en los centros de detención migratoria en suelo estadounidense. Sin embargo, el uso de Guantánamo —instalación asociada históricamente a la detención de sospechosos de terrorismo— también busca enviar un mensaje disuasivo sobre las consecuencias de cruzar la frontera sin autorización.
Guantánamo: símbolo de endurecimiento y controversia
Desde febrero, cerca de 500 migrantes han pasado por la base en detenciones de corta duración. Actualmente, unos 70 permanecen allí, según documentos judiciales. Una demanda colectiva presentada en Washington denuncia condiciones inadecuadas: comida insuficiente, plagas de roedores, escasa atención médica y cambios de ropa semanales.
Los abogados de la ACLU alegan que no existe un propósito legítimo para mantener a los migrantes en Guantánamo en lugar de hacerlo en instalaciones dentro del país. Señalan que el gobierno podría estar utilizando esta medida para coaccionar la autodeportación, disuadir futuras llegadas o presionar para que renuncien a sus derechos legales.
Preocupación internacional y tensiones diplomáticas
El plan también contempla el traslado de 800 migrantes europeos, incluidos austríacos, rumanos y rusos, lo que ha generado alarma en el Departamento de Estado. Diplomáticos advirtieron que estos países, muchos de ellos aliados, ya colaboran en la repatriación de sus ciudadanos, por lo que no sería necesario enviarlos a Guantánamo.
Un funcionario calificó la estrategia como un intento de “conmocionar y horrorizar” a la opinión pública. Diversos actores dentro del propio gobierno han tratado de frenar la ejecución de este plan, temiendo consecuencias diplomáticas y violaciones al derecho internacional.
Costos y desafíos operativos
Además del debate legal y político, la operación es extremadamente costosa. El senador Gary Peters estimó que la detención en Guantánamo cuesta cerca de 100,000 dólares diarios por persona, en una base con capacidades limitadas, condiciones climáticas adversas y servicios médicos restringidos.
Durante su punto más alto, Guantánamo llegó a albergar a 780 detenidos en el marco de la “guerra contra el terrorismo”. Hoy, funcionarios del Pentágono expresan inquietudes sobre la viabilidad de alojar a decenas de miles de personas allí sin afectar la seguridad, la logística ni el presupuesto militar.
A pesar de las críticas, el gobierno de Trump afirmó ante la justicia que se trata de una detención temporal, y no de un encierro indefinido. No obstante, no ha precisado cuánto tiempo permanecerán los migrantes en la isla ni cuál será el procedimiento posterior para su deportación.