Empresas mexicanas ante el reto de la inteligencia artificial y la transformación digital

Por: Julio de Jesús Ramos García

¿Cómo van nuestras empresas? ante la llegada de la inteligencia artificial (IA) y las nuevas tecnologías ha revolucionado el panorama empresarial global, y México no es la excepción. Las empresas mexicanas se encuentran en medio de un proceso de transformación digital que, en algunos casos, está siendo aprovechado como una oportunidad para innovar, pero en otros, aún resulta un desafío complicado debido a barreras estructurales, financieras y culturales. ¿Cómo están las empresas mexicanas enfrentando esta transición? ¿Están preparadas para la era de la inteligencia artificial?

México tiene un mercado diverso y complejo. Mientras que algunas grandes corporaciones han logrado integrar soluciones avanzadas de IA en sus operaciones, la mayoría de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) se encuentran rezagadas en este aspecto. Las grandes empresas, con acceso a mayores recursos y talento especializado, han empezado a implementar tecnologías disruptivas como el análisis predictivo, la automatización de procesos con IA, la personalización de productos y la toma de decisiones en tiempo real. Sin embargo, la gran mayoría de las empresas mexicanas, especialmente las PyMEs, aún enfrentan un panorama incierto y complicado.

En estos casos, la adopción de tecnologías digitales y de IA no es tan simple. La falta de infraestructura tecnológica, la escasa capacitación en el uso de herramientas avanzadas y la falta de una cultura empresarial orientada hacia la innovación limitan el potencial de muchas PyMEs. Además, el acceso a capital es otro freno: los costos de implementación de soluciones digitales y la inversión en IA son un desafío para aquellos negocios que no cuentan con los recursos para dar el salto.

La IA puede, por ejemplo, optimizar las cadenas de suministro, prever comportamientos de consumo, mejorar la atención al cliente mediante chatbots y asistentes virtuales, o automatizar tareas repetitivas, liberando a los empleados para actividades de mayor valor. Sin embargo, la falta de capacitación, el miedo a lo desconocido y la falta de confianza en la efectividad de estas tecnologías son factores que están frenando su adopción masiva.

El gobierno mexicano ha comenzado a reconocer la importancia de la inteligencia artificial y la digitalización en la competitividad global. En los últimos años, hemos visto avances en políticas públicas que promueven la investigación y el desarrollo de tecnologías emergentes, así como en la creación de centros de innovación y ecosistemas digitales que impulsan la colaboración entre universidades, empresas y startups tecnológicas. Sin embargo, aún falta mucho por hacer.

Apreciables lectores, es  necesario crear una estrategia nacional clara para fomentar la educación en IA y ciencias de datos, así como desarrollar un entorno propicio para la inversión en innovación tecnológica. Las políticas de apoyo para las PyMEs, que son el motor de la economía mexicana, deberían centrarse en proporcionar incentivos, subsidios o acceso a financiamiento para proyectos de transformación digital, así como en ofrecer formación especializada para mejorar las habilidades digitales de los empresarios y sus empleados.

La pregunta no es si las empresas mexicanas adoptarán la inteligencia artificial, sino cuándo y cómo lo harán. En un mundo que avanza rápidamente hacia la automatización y la digitalización, solo aquellas que se adapten a tiempo podrán competir en igualdad de condiciones, no solo en el ámbito nacional, sino en el mercado global.


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