Por: Antero Carmona
¡Nada que Celebrar!
Cada año, el 5 de junio, se celebra una jornada global, el Día Mundial del Medio Ambiente, la cual, tiene por objetopromover la conciencia y la acción a favor de la protección ambiental. Este día fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972.
Si bien, es comprensible que la situación actual del medio ambiente pueda generar una sensación de que no hay motivos para celebrar, es importante recordar que el Día Mundial del Medio Ambiente es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos ambientales y tomar medidas para proteger el planeta.
La fecha no es un momento de celebración en sí, sino un punto de partida para la acción. Es una oportunidad para que individuos, comunidades, gobiernos y organizaciones trabajen de la mano para abordar los problemas ambientales y crear un futuro más sostenible, claro, esto sería la utopía a alcanzar.
Este año, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), propone como temática “Sin Contaminación Plástica”, recordándonos que cada año se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico, que 11 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y océanos, que el menos del 10% se recicla y, que ingerimos más de 50.000 partículas de plástico cada año, e incluso muchas más, si se tienen en cuenta las partículas inhaladas.
Esta fecha nos debe transformar, involucrarnos más en el cuidado del medio ambiente y alzar la voz frente a las crecientes evidencias científicas sobre los terribles daños que le estamos provocando al Planeta.
El cambio climático está afectando la distribución y abundancia de especies vegetales y animales, lo que puede llevar a la extinción de muchas especies. Esto se debe a la rápida velocidad del cambio climático, que supera la capacidad de adaptación de muchas especies.
Los ecosistemas están sufriendo impactos a gran escala, especialmente en regiones como los Andes, selvas tropicales, sabanas y regiones circumpolares. Esto afecta la seguridad alimentaria y las condiciones de vida de los pueblos indígenas que dependen de estos recursos naturales.
Se prevé que el cambio climático aumente la frecuencia y gravedad de las inundaciones en zonas costeras y deltas, lo que puede provocar desplazamientos de población y daños a infraestructuras, así como impactos en la economía y el empleo, especialmente en sectores como la agricultura y el turismo
El cambio climático está aumentando la frecuencia y gravedad de las sequías y los incendios forestales, especialmente en regiones como el Mediterráneo. Esto puede tener graves consecuencias para la agricultura, la silvicultura y la biodiversidad, así como la propagación de enfermedades transmitidas por vectores y roedores.
El cambio climático puede llevar a la pérdida de conocimiento local y cultural de los pueblos originarios, ya que se ven obligados a adaptarse a nuevas condiciones climáticas y sustituir sus formas de vida tradicionales.
De no tomar las medidas adecuadas y urgentes para adaptarnos a la nueva realidad del Cambio Climático, enfrentaremos grandes pérdidas debido a los desastres. De manera personal, considero fundamental que los gobiernos y sociedad empecemos con acciones compensatorias, solo así podremos recuperar los daños provocados.
La suma de todos los esfuerzos hará el cambio, como sociedad debemos trabajar día a día para que este cambio se dé, el verdadero cambio está en nosotros.
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