Trump eleva al 50% los aranceles sobre acero y aluminio para proteger industrias clave de EE.UU.

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que incrementa del 25% al 50% los aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, dos sectores considerados estratégicos para la economía y la seguridad nacional del país. Esta medida, que entrará en vigor el próximo miércoles a las 00:01 hora local, busca reforzar la industria nacional frente a las importaciones a bajo costo que, según la Casa Blanca, representan una amenaza directa.

Estados Unidos y su dependencia en importaciones de acero y aluminio

Durante 2024, aproximadamente la mitad del acero y el aluminio consumidos en Estados Unidos provinieron del extranjero. Entre los principales proveedores destacan Canadá, Brasil y México, países cuyos materiales se destinan principalmente a sectores como la industria automotriz y la construcción. Argentina también figura entre los principales exportadores de aluminio hacia EE.UU., ocupando la sexta posición.

Objetivos detrás del aumento de aranceles

El decreto firmado por Trump señala que el incremento en las tarifas tiene como fin “combatir con mayor eficacia la llegada de excedentes de acero y aluminio a precios bajos que afectan a la industria nacional”. Según el texto oficial, estas medidas no solo protegen a los productores locales, sino que también contribuyen a garantizar la seguridad nacional del país, un argumento clave para justificar las restricciones comerciales.

Durante una visita reciente a una planta de US Steel en Pensilvania, estado emblemático de la siderurgia estadounidense, Trump declaró: “Nadie podrá robarles su industria”, reafirmando su compromiso con los trabajadores y empresas locales.

Controversias y reacciones internacionales

La decisión de elevar los aranceles ha generado tensiones comerciales a nivel global. Canadá, principal socio comercial en acero, presentó una denuncia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) alegando que estas tarifas son incompatibles con las obligaciones internacionales de Estados Unidos. La disputa refleja las dificultades que enfrentan los acuerdos multilaterales frente a políticas proteccionistas unilaterales.

Además, el decreto establece que, por ahora, las importaciones provenientes del Reino Unido mantendrán un arancel del 25%, sujeto a posibles modificaciones o cuotas a partir de julio de 2025, dependiendo del avance del Acuerdo de Prosperidad Económica bilateral.