Comercios enfrentan pérdidas tras instalación de la CNTE
Desde el 15 de mayo, la presencia del plantón de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en el Zócalo capitalino y calles aledañas ha generado un fuerte impacto económico en el Centro Histórico de la Ciudad de México. La instalación de casas de campaña, lonas y el cierre de la estación Zócalo del Metro complican la movilidad, reducen la afluencia de visitantes y afectan directamente las ventas en el Centro Histórico.
El megaplantón se extiende por la Plaza de la Constitución y vialidades emblemáticas como Madero, 5 de Mayo, Tacuba, Palma y Guatemala. Comerciantes locales reportan una drástica caída en sus ingresos diarios, al tiempo que enfrentan complicaciones logísticas, como la escasez de agua por la imposibilidad de acceso para pipas.
Hoteles, cafeterías y boutiques: todos resienten el impacto
Uno de los establecimientos más afectados es el hostal Mundo Joven, en la esquina de Guatemala y Brasil. Desde que inició la protesta, los huéspedes enfrentan restricciones en el servicio de agua caliente, disponible únicamente de 8:00 a 10:00 de la mañana. La razón: las pipas no pueden acceder al edificio debido al bloqueo de calles. Además, la terraza del lugar, con vista a la Catedral Metropolitana, ha perdido clientela.
En la cafetería Balam, ubicada en Madero y Palma, también se vive un panorama desolador. Este lugar, conocido por su terraza dividida en dos niveles, ha visto disminuir el número de visitantes desde que los manifestantes instalaron su plantón en la calle peatonal más transitada del Centro Histórico. Comerciantes de la zona coinciden en que el ambiente ya no resulta atractivo para los turistas ni para los capitalinos.
Calle de las Novias: citas canceladas y vitrinas vacías
Aunque la calle de República de Chile no ha sido ocupada directamente por los manifestantes, también sufre consecuencias. José Luis Santiago, dueño de la tienda Lulu —dedicada a la venta de vestidos de novia y XV años—, asegura que ha perdido citas previamente agendadas con clientas del Estado de México, Querétaro y la misma Ciudad de México. Muchas personas han optado por cancelar sus visitas debido a los retrasos en el transporte público y la congestión en calles aledañas.
“Nosotros trabajamos con calendario, cada cita cuenta. Si una persona tarda tres horas en llegar, simplemente se regresa. Y con la estación Zócalo cerrada, Allende se satura. No es funcional”, lamenta Santiago.
Los comerciantes afectados piden a las autoridades un equilibrio entre el derecho a la protesta y el funcionamiento de la ciudad. A medida que se acerca la temporada alta para el comercio por graduaciones y bodas, la preocupación crece.