En Estados Unidos creció 600 % el uso de Ozempic en sólo 6 años, ¿para qué sirve?

Estados Unidos uso Ozempic

En Estados Unidos creció 600 % el uso de Ozempic en sólo 6 años, ¿para qué sirve?

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¿Cómo han cambiado los tratamientos con el uso de Ozempic?

En los últimos seis años, el uso de medicamentos GLP-1 en Estados Unidos ha crecido de forma acelerada. Estas sustancias, conocidas por nombres comerciales como Ozempic y Wegovy, registraron un incremento del 600 % en su prescripción entre adultos. Aunque originalmente se diseñaron para tratar la diabetes tipo 2, hoy casi la mitad de quienes los consumen lo hacen con el objetivo de bajar de peso.

Los datos provienen de un análisis realizado por FAIR Health, que revisó más de 51 mil millones de registros médicos. El estudio revela que, para 2024, más del 4% de la población estadounidense usa estos fármacos, con más del 2 % empleándolos exclusivamente para controlar el sobrepeso o la obesidad. Esta tendencia refleja un cambio profundo en el enfoque social y médico hacia el manejo del peso corporal.

¿Qué medicamentos lideran esta transformación?

Dos productos dominan el mercado: Ozempic, desarrollado por Novo Nordisk, y Mounjaro, de Eli Lilly. Ambos han logrado popularidad gracias a la eficacia de la semaglutida, sustancia activa en varios de estos tratamientos. Su éxito también ha derivado en una reducción en las cirugías bariátricas, antes consideradas una de las principales opciones para tratar la obesidad severa.

Entre 2019 y 2024, la proporción de adultos que optaron por medicamentos GLP-1 sin recurrir a cirugía aumentó del 2,5 % al 11,2 %, mientras que el número de quienes eligieron intervención quirúrgica disminuyó en un 41,8 %. Esto sugiere que muchos pacientes prefieren alternativas menos invasivas y más accesibles.

¿Hay consecuencias tras el uso masivo?

Pese al entusiasmo generalizado, el crecimiento en el consumo de GLP-1 plantea retos significativos. Por un lado, la demanda supera al suministro, lo que genera escasez y dificulta el acceso para personas que los requieren como tratamiento principal para la diabetes. Algunas universidades, como la de Indiana, han advertido sobre el impacto de esta saturación en el sistema de salud.

Por otro lado, persisten barreras económicas. Una encuesta de KFF realizada en mayo de 2024 señala que uno de cada ocho adultos ha tomado estos medicamentos en algún momento. Sin embargo, el alto costo y la falta de cobertura en seguros médicos limitan su acceso equitativo. Para muchas personas, los tratamientos siguen fuera de su alcance económico.

En este contexto, el futuro de los GLP-1 dependerá de su disponibilidad, regulación y el diseño de políticas públicas que aseguren igualdad en el acceso. Mientras tanto, continúan posicionándose como una herramienta clave en la lucha contra la obesidad y la diabetes.


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