Por: Salomón Rosas
Para poner las cosas en un parangón que todos identifiquemos con claridad y a plenitud, sin distingos de clases sociales o de regiones en el país, digamos que los mexicanos reconocemos e identificamos la ya internacionalmente popular frase que dice “de Iztapalapa para el mundo” y que usa en todas las canciones el gran grupo musical “Los Ángeles Azules”; con esa frase el grupo acompaña el ritmo de sus cumbias y melodías entre las cuales se encuentra una que todos tenemos grabada en nuestras mentes y que es la canción titulada ¿cómo te voy a olvidar?, que marca la cadencia del baile al que todos los invitados se mueven en las fiestas. La frase “de Iztapalapa para el mundo” hace énfasis, sin decirlo y con orgullo, en el territorio de origen desde donde se emite el mensaje para que se escuche fuerte y claro y para que se sepa quiénes son sus emisores. Bueno, pues el pasado 10 de mayo se reunieron en Ginebra, Suiza, el secretario del Tesoro y el representante de Comercio del gobierno de Estados Unidos de América, Scott Bessent, y Jamieson Greer, respectivamente, e iniciaron reuniones con una delegación del gobierno de China encabezada por el Viceprimer Ministro del Consejo de Estado, He Lifeng, lo que fue el inicio de un entendimiento político – económico entre las dos mayores potencias del planeta. Hoy por hoy lo que sí sabemos es que las reuniones que sostuvieron dieron como resultado que el 12 de mayo la Casa Blanca emitiera una “Declaración Conjunta sobre la Reunión Económica y Comercial entre Estados Unidos y China en Ginebra” en la que, además de dar a conocer algunos acuerdos concretos ciertamente relevantes, lo de mayor trascendencia es que se plasma que se está “Avanzando en el espíritu de apertura mutua, comunicación continua, cooperación y respeto mutuo”. Asimismo, establece que “las Partes establecerán un mecanismo para continuar las conversaciones” y precisa que “estas conversaciones podrán celebrarse alternativamente en China y Estados Unidos, o en un tercer país, previo acuerdo de las Partes. Según sea necesario, ambas partes podrán celebrar consultas de trabajo sobre cuestiones económicas y comerciales pertinentes”.
Lo que sabemos es que con la reunión en Ginebra empezó una nueva era. Lo sucedido entre Estados Unidos de América y China en Ginebra, Suiza, y los acuerdos y mensajes que ahí se concretaron y los que pronto vendrán nos alcanzarán a todos y serán inolvidables porque determinarán el presente y el futuro de la humanidad por lo menos los próximos 100 años. Lo que también sabemos es que las dos potencias ya están haciendo bailar a todos los países del mundo a su ritmo y con la cadencia que a ellos les conviene. Lo que aún no sabemos es si al final de la fiesta vamos a terminar bailando al ritmo del género musical C-pop la danza del dragón o si vamos a hacerlo al ritmo del rock y bailando Rock and Roll o si habrá un nuevo genero musical que incluya algo de ambos estilos
Resulta promisorio que la llamada “guerra comercial” entre los dos gigantes económicos haya entrado ya en un proceso de diálogo y de acuerdos. Es plausible que los funcionarios que liderarán las conversaciones de ambas partes son del nivel adecuado y reflejan la seriedad que ambas naciones le están otorgando al proceso en marcha y que la forma planteada para el seguimiento está diseñada para avanzar sustancialmente hacia un entendimiento; sin embargo, también es verdad que ninguna de las dos partes está dispuesta a hacer concesiones rápidas a expensas de su propia imagen o intereses. Por ello, también es imprescindible entender que se trata de intereses y de poderes que chocan, se enfrentan y que al final habrá un ganador y un perdedor o, en el mejor de los casos y tal vez, un “empate técnico” en el que vivamos un desenlace equilibrado y en donde ambas partes (y no una sola) pongan las reglas del juego (como parecía era la intención del presidente de EUA) y marquen el ritmo del baile en el que todos nos movamos. Si bien es cierto para eso aún falta tiempo, ya habrá que ir visualizando esa foto en la que aparecerán Donald Trump y Xi-Jinping firmado un Gran Acuerdo Mundial.
La complejidad del acuerdo hay que entenderla desde la balanza de los números. Si bien es cierto hay una interdependencia brutal entre Estados Unidos de América y China; que entre ambas naciones representan el 43% de la economía mundial; que el comercio de bienes entre ambas potencias económicas ascendió a unos US$585.000 millones el año pasado; que EUA importó mucho más de China (US$440.000 millones) de lo que China importó de EE.UU. (US$145.000 millones) y que esto dejó a EUA con un déficit comercial con China de US$295.000 millones en 2024. También hay que entender la complejidad del entendimiento desde la perspectiva de una rivalidad histórica entre China y EUA y por la creciente competencia entre ambos países en tecnología, poder militar e influencia global; es decir, hay que entenderla desde el ámbito de la desconfianza mutua prevaleciente. En ese contexto, los analistas especializados dicen que la tendencia entre EUA y China es a reducir la dependencia uno del otro.
En tanto eso sucede, el gobierno norteamericano ha desatado un vertiginoso proceso de negociaciones bilaterales con una docena de países para asegurar acuerdos comerciales en todo el orbe y presionar a China, por lo que en México la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo está tomando las decisiones y girando las instrucciones al Secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon, para hacer lo necesario y para que nuestra Nación pueda aprovechar tanto su situación geográfica para captar inversiones nuevas y cuidar-consolidar las existentes como para sacar ventaja de las señales que apuntan a la consolidación de un proteccionismo regional de la región de América del Norte encabezada por Estados Unidos y en el que también participará Canadá. En esa lógica ya se anunció por parte del gobierno norteamericano que la renegociación/revisión del T-MEC se iniciará en este año y que no habrá que esperar para ello al 2026 lo cual infiere que somos una de sus principales prioridades para ellos y que a nosotros nos permite acomodar estratégicamente lo mejor posible nuestros intereses.
En síntesis, empezó ya el nuevo baile mundial y fue “desde Ginebra para el Mundo”, y como dice la canción de Los Ángeles Azules “como no acordarme de ti .., de qué manera olvidarte, si todo me recuerda a ti…. en todas partes estás tú …. si besando la Cruz estas tú ….. si en cada respirar estas tú … si rezando una oración estas tú … cómo te voy a olvidar”.
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