Por: Antero Carmona
México enfrenta diversos retos y el tema ambiental no está exento, tal vez, el más importante. De acuerdo al crecimiento del país, este ha estado lejos de ser ambientalmente sustentable, situación sensible debido al uso desmedido y sobre explotación de los recursos naturales, al crecimiento de la población, a la falta de planeación urbana, al carente ordenamiento territorial, al incremento de las emisiones de dióxido de carbono –responsable del efecto invernadero–, a la generación de residuos sólidos y la descarga de aguas residuales, a la disminución de la cubierta forestal y a los efectos innegables del cambio climático.
Ante estas necesidades nacen diversas estrategias, muchas de ellas encaminadas a mejorar el entorno actual donde habitamos. México refrendó su compromiso de fortalecer una agenda para crear ciudades sustentables, donde se impulsen los derechos humanos y la inclusión social, así como acciones para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, esto en el marco de su integración a la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas COP 29.
Para ello, debemos trabajar en acciones socialmente responsable y que exista un marco regulatorio, que sea la guía para poder cristalizar estos compromisos y, que nos conduzcan a la creación de espacios urbanos sostenibles.
México Incluyente
Una ciudad sustentable es aquella que optimiza de forma racional los recursos existentes, donde el principio fundamental es que esa metrópoli se mantenga por sí misma, auto abasteciéndose energéticamente, con escasa o nula ayuda externa, y que, a su vez, no exista la pérdida de los recursos existentes.
Se debe fomentar una adecuada movilidad, el transporte es el componente urbano que más consumo de energía y contaminación produce, mejorar la movilidad en la ciudad con acciones orientadas a un impulso al transporte colectivo, disminuyendo el uso del automóvil –así se evitarían embotellamientos–, crear ciclovías inteligentes con diseños de rutas específicas y continuas y fomentar el transporte eléctrico.
La gestión de redes hidráulicas, ya sea de agua potable, de aguas residuales y tratamiento de las mismas, este tema es de suma importancia, se debe considerar el rediseño de los ductos para evitar la contaminación del agua potable y la conducción adecuada para evitar su perdida, así como del drenaje, que soporte las descargas de agua, tanto residuales como las captadas por el agua de lluvia, considerando la captación de lluvias extraordinarias, con el fin de evitar inundaciones.
El reciclaje de residuos urbanos como materias primas, actualmente se están utilizando materiales de desecho para la fabricación de biogás –sostenibilidad energética–.
La infraestructura también es importante, se busca que se implemente una arquitectura bioclimática, utilizando los recursos disponibles, como el sol, el viento y la vegetación (azoteas verdes). El desarrollo urbano y el ordenamiento territorial deben ser multidisciplinarios, se debe articular las políticas, estrategias e instrumentos, generando un esfuerzo coordinado en proyectos sustentables que incidan de forma sostenible.
Una nueva Metrópoli
Para el caso de las ciudades ya establecidas se deberá reorientar el diseño de ciudad, que esta sea dinámica, equitativa, y policéntrica. Encaminada a la protección y conservación de los recursos naturales existentes, recuperando las áreas verdes y espacios públicos, los cuales generen innovadoras opciones de servicios y vivienda. Diseños urbanos que favorezcan y propongan el uso racional y ordenado de los espacios construidos, de la infraestructura pública y del equilibrio con las vías de comunicación, las cuales acerquen los empleos y hogares, causando un mayor bienestar. La redensificación de los espacios urbanos, en trasporte, industria y servicios, la transformación de las zonas con índices de marginación, con el fin de potencializar el desarrollo urbano, suburbano y rural, utilizando como herramientas sus capacidades, usos y costumbres.
Para aquellas ciudades que empiezan a crecer, es importante consolidar un modelo de desarrollo urbano y ordenamiento territorial que genere bienestar para los ciudadanos, que la nueva infraestructura, construcciones y nuevos desarrollos, se integraren a un entorno sostenible, que genere bienestar para los ciudadanos, garantizando amplios beneficios sociales, económicos y ambientales.
Deberá promover como política el establecimiento de ecotécnias urbanas sustentables, como los huertos orgánicos, azoteas verdes y captación de agua de lluvia como una alternativa sustentable. Y crear instrumentos fiscales que promuevan la participación de la sociedad en el cuidado del medio ambiente y la creación de áreas verdes generadoras de servicios ambientales.
Una ciudad sustentable es un área de oportunidad para avanzar hacia una mejor calidad de vida, de esta manera, garantizaremos el futuro de nuestras generaciones.
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