Ejercicio físico en mayores mejora la salud emocional

Ejercicio

Envejecer con calidad de vida es posible, y una de las herramientas más efectivas para lograrlo es el ejercicio físico adaptado. Más allá de fortalecer músculos y articulaciones, el movimiento tiene un impacto profundo en el estado emocional de las personas mayores, ayudándoles a sentirse más conectadas, activas y felices. En Cadena Política te contamos cómo el ejercicio se convierte en una medicina natural para el alma en esta etapa de la vida.

El poder emocional del movimiento en la tercera edad

La actividad física regular mejora significativamente el bienestar emocional de los adultos mayores. Numerosos estudios científicos han demostrado que moverse ayuda a combatir la soledad no deseada, a reducir el dolor crónico, a mejorar la calidad del sueño y, en muchos casos, a disminuir la dependencia de medicamentos para la ansiedad o la depresión.

Organizaciones como la Fundación Siel Bleu, con más de dos décadas de experiencia en Europa, han comprobado de primera mano que una rutina adaptada de ejercicios no solo fortalece el cuerpo, sino que devuelve la alegría de vivir. Según su director en España, Guillaume Lefebvre, “el movimiento tiene un impacto directo en el ánimo de los mayores y es clave para su salud emocional”.

Actividad física: el antídoto contra la soledad

La soledad no deseada es una de las grandes amenazas silenciosas para las personas mayores, especialmente en entornos institucionalizados. Aunque estén rodeados de cuidadores o compañeros, muchos se sienten aislados emocionalmente. Aquí, la actividad física grupal marca una gran diferencia.

Los programas de ejercicio en grupo no solo fomentan la movilidad, sino que crean un espacio de interacción, risas y rutinas compartidas. Esto fortalece los lazos sociales y refuerza el sentido de pertenencia, factores fundamentales para mejorar el estado de ánimo y la autoestima. Como señaló una residente de Madrid: “Estas actividades me hacen sentir viva. Disfruto cada momento y me encanta compartir con mis compañeros”.

Ejercicio físico: alivio natural frente al dolor crónico

El dolor es una constante en la vida de muchos adultos mayores: enfermedades articulares, musculares o reumáticas afectan su día a día. Frente a este panorama, el ejercicio adaptado se presenta como una alternativa eficaz y segura.

Realizado bajo la guía de profesionales capacitados, el movimiento promueve la liberación de endorfinas, analgésicos naturales que disminuyen la percepción del dolor. Además, mejora la fuerza muscular, la movilidad y previene el deterioro físico, manteniendo la autonomía por más tiempo.

Menos fármacos, más bienestar

El consumo de medicamentos en personas mayores es elevado, especialmente para tratar trastornos como el insomnio, la ansiedad o la hipertensión. Sin embargo, cada vez más expertos coinciden en que una rutina física adecuada puede reducir la necesidad de ciertos fármacos, mejorando al mismo tiempo la calidad de vida.

El ejercicio regular equilibra la química cerebral, favorece un sueño reparador y contribuye al funcionamiento óptimo del sistema inmunológico y cognitivo. La clave está en diseñar sesiones accesibles, motivadoras y adaptadas al nivel de cada residente, tal como lo hacen los especialistas de la Fundación Siel Bleu.

Dormir mejor gracias al ejercicio

El insomnio afecta gravemente la salud emocional de los adultos mayores. La falta de sueño se relaciona con irritabilidad, pérdida de memoria, fatiga y síntomas depresivos. Afortunadamente, el ejercicio también mejora la calidad del sueño.

Al incorporar técnicas de relajación, respiración y estiramientos suaves, los programas de actividad física ayudan a regular los ritmos biológicos y a preparar el cuerpo para el descanso nocturno. El resultado: noches más tranquilas y mañanas con mayor energía y vitalidad.


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