Una idea controvertida reaviva el debate sobre justicia y símbolos históricos
El presidente Donald Trump propuso este domingo reconstruir y reabrir la prisión de Alcatraz, actualmente un monumento histórico y uno de los destinos turísticos más visitados de California. El anuncio, hecho a través de su red Truth Social, sorprendió tanto a críticos como a aliados y generó reacciones inmediatas desde el ámbito político y social.
Trump señaló que su intención es que Alcatraz vuelva a operar como prisión federal de alta seguridad. “Servirá como símbolo de la Ley, el Orden y la JUSTICIA”, publicó. Más tarde, matizó su comentario ante la prensa: “Fue solo una idea”. La declaración llega en medio de tensiones con el poder judicial por los derechos de los migrantes deportados.
De prisión de máxima seguridad a ícono cultural
La prisión de Alcatraz, ubicada en una pequeña isla en la bahía de San Francisco, funcionó entre 1934 y 1963. Fue diseñada como un centro de última instancia para reclusos difíciles, con condiciones mínimas de privilegios. Entre sus internos más conocidos estuvieron Al Capone, George “Machine Gun” Kelly y Robert Stroud, el llamado “Hombre Pájaro de Alcatraz”.
Durante sus 29 años como penitenciaría federal, albergó a una población promedio de 260 prisioneros. Su aislamiento natural la hacía casi imposible de escapar, aunque en 1962 se registró el intento más célebre: Frank Morris y los hermanos Anglin huyeron por los ductos de ventilación y nunca más fueron encontrados.
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El elevado costo de mantenimiento, agravado por la corrosión marina, provocó su cierre en 1963. Desde entonces, Alcatraz es administrada por el Servicio de Parques Nacionales y recibe más de 1.2 millones de visitantes al año. Fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1986.
Críticas políticas y desafíos legales
La propuesta del expresidente no tardó en generar reacciones. La congresista Nancy Pelosi, cuyo distrito incluye a Alcatraz, calificó la idea como “no seria”. Defensores del patrimonio han advertido que reactivar Alcatraz como prisión podría poner en riesgo su estatus legal y cultural como sitio protegido.
Según la ley vigente, un Monumento Histórico Nacional puede perder su designación si deja de cumplir los criterios por los que fue establecido. Sin embargo, este proceso requiere la aprobación del Departamento del Interior, que aún no ha emitido una respuesta oficial.
Mientras tanto, activistas por los derechos humanos han criticado la retórica de Trump, acusándola de promover una visión simbólica del castigo que ignora los debates actuales sobre la rehabilitación y la justicia penal en Estados Unidos.
Una isla con historia militar, carcelaria y política
Antes de ser prisión, Alcatraz fue una fortaleza militar desde mediados del siglo XIX. Su historia incluye el uso como cárcel militar, sitio de ocupación indígena en 1969 y escenario de luchas por los derechos civiles. Además de su función punitiva, la isla representa capítulos importantes del desarrollo político y social del país.
Convertirla nuevamente en prisión no solo implicaría un desafío logístico, sino también simbólico, que podría reavivar debates sobre la función del sistema penitenciario en la sociedad contemporánea.
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