Ciudad del Vaticano, abril 2025 – La Capilla Sixtina cerrará sus puertas al público este lunes 28 de abril, dando inicio a los preparativos del cónclave que definirá al próximo líder de la Iglesia católica. Tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril, el mundo católico se prepara para un momento decisivo que marcará el rumbo espiritual de más de mil millones de fieles.
Un proceso milenario con reglas estrictas
El cónclave —término que proviene del latín cum clave, es decir, “bajo llave”— es una tradición que se remonta al siglo XIII. Según el Derecho Canónico, durante la sede vacante (periodo entre la muerte de un papa y la elección de su sucesor), nada puede modificarse en la estructura del Vaticano. Solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto, y deberán permanecer completamente aislados dentro de la Capilla Sixtina hasta que se alcance un consenso.
El funeral del pontífice se llevará a cabo el 26 de abril, y tras un periodo de nueve días de luto, el cónclave deberá convocarse dentro de un plazo máximo de 20 días desde el fallecimiento, por lo que se espera que inicie entre el 5 y el 10 de mayo.
¿Cómo se elige un nuevo papa?
La elección del nuevo papa se realiza mediante votación secreta. Se requiere una mayoría de dos tercios entre los 137 cardenales electores. El proceso está cuidadosamente regulado: tres cardenales se encargan de contar los votos y otros tres de revisarlos. Cada votante escribe el nombre de su elegido en una papeleta que, al final, es unida a las demás mediante una aguja e hilo.
Después de cada jornada de votación, las papeletas se queman en una estufa especial. El color del humo que sale por la chimenea de la Capilla Sixtina comunica el resultado al mundo: si es negro, no hubo consenso; si es blanco, hay nuevo pontífice.
El equilibrio de fuerzas dentro del cónclave
Uno de los elementos más observados en este cónclave será el equilibrio ideológico entre los diferentes bloques de cardenales. De los 137 electores, 53 forman parte del grupo bergogliano, alineado con la visión pastoral y reformista del papa Francisco. Su influencia podría ser determinante para dar continuidad a su legado.
A ellos se suman 39 cardenales considerados moderados, un grupo heterogéneo que puede inclinar la balanza dependiendo de alianzas estratégicas. Los conservadores, con 25 miembros, representan una visión doctrinal más rígida, mientras que los progresistas, con 15 cardenales, impulsan cambios profundos en inclusión y apertura. En el extremo opuesto, los tradicionalistas (5) critican el rumbo de la Iglesia por considerarlo demasiado liberal.
Un colegio cardenalicio diverso
El colegio electoral refleja la descentralización promovida por Francisco durante su papado. La mayoría de los cardenales electores provienen de Europa (54), seguidos de Asia (24), América del Sur (18), África (18), América del Norte (16), Centroamérica (4) y Oceanía (4). Esta diversidad geográfica y cultural hace del próximo cónclave uno de los más complejos y globales en la historia reciente.
Lo que está en juego
El resultado de este cónclave no solo determinará al nuevo papa, sino también el enfoque de la Iglesia frente a desafíos contemporáneos: crisis migratorias, escándalos de abuso, debates sobre género, el papel de la mujer en la Iglesia y la relación con otras religiones.
La elección, por tanto, no será solo un acto espiritual, sino también político y estratégico.
¿Qué sigue tras la elección?
Una vez que un cardenal obtenga los votos necesarios, el decano del Colegio Cardenalicio, actualmente Giovanni Battista Re, le preguntará: ”¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?” Si el elegido acepta, se le consultará el nombre papal que adoptará.
Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el protodiácono anunciará al mundo con la histórica fórmula: “Habemus Papam”. En ese momento, el nuevo líder espiritual de la Iglesia impartirá su primera bendición Urbi et Orbi.
Conclusión
Con el cierre de la Capilla Sixtina y el inicio del luto oficial, el Vaticano se encamina hacia un nuevo capítulo. El equilibrio ideológico entre cardenales, las herencias del papado de Francisco y los retos del siglo XXI definirán no solo al próximo pontífice, sino también la dirección futura de una de las instituciones más influyentes del planeta.
Cadena Política seguirá minuto a minuto los desarrollos de este histórico proceso.