La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) emitió una advertencia importante a las familias mexicanas: un reciente estudio reveló que muchas bebidas saborizadas y jugos envasados contienen edulcorantes no recomendables para niñas y niños.
El análisis, llevado a cabo por el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor y publicado en la Revista del Consumidor de este mes, evaluó 51 productos de los cuales 31 contenían edulcorantes que podrían afectar la salud infantil.
¿Qué son los edulcorantes y por qué representan un riesgo en las bebidas?
Los edulcorantes son sustancias que sustituyen al azúcar tradicional para brindar dulzura a los alimentos y bebidas. Se clasifican en dos grandes grupos:
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Calóricos: como sorbitol, xilitol, malitol, isomal, isomalitol y tagatosa.
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No calóricos: como la estevia, la fruta del monje, eritritol, así como los artificiales aspartame, sucralosa, sacarina, entre otros.
Aunque los edulcorantes no calóricos son promovidos como alternativas más saludables, el estudio de Profeco advierte que podrían tener efectos metabólicos negativos, entre ellos:
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Disminución de la sensibilidad a la insulina
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Elevación de los niveles de glucosa en sangre
Estos efectos son especialmente preocupantes en organismos en desarrollo, como el de niñas y niños.
Pruebas realizadas y normativas aplicadas
La Dirección de Investigaciones Químico Biológicas de Profeco llevó a cabo 3,084 pruebas para validar información sobre:
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Contenido de azúcares y sodio
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Contenido energético
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Peso neto
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Cumplimiento del etiquetado frontal, según las normas NOM-051-SCFI/SSA1-2010, NOM-173-SE-2021, NOM-002-SCFI-2011, NOM-086-SSA1-1994, y la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Los resultados mostraron que si bien las etiquetas declaraban correctamente el uso de edulcorantes, 31 de los productos sí incluían ingredientes como sucralosa, acesulfame K o combinaciones de estos, todos no recomendables para menores.
Recomendaciones de Profeco para un consumo más seguro
Profeco insta a las personas adultas a revisar con atención el etiquetado frontal de los productos, identificando tanto los sellos octagonales como las leyendas precautorias.
Mientras más sellos o advertencias tenga un producto, mayor es la recomendación de disminuir o evitar su consumo. Esta medida es fundamental para proteger la salud de los niños y promover hábitos de alimentación más saludables.
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