México en alerta: brotes de tosferina y sarampión

México enfrenta una alarmante crisis de salud pública: 45 bebés han perdido la vida por tosferina en lo que va del año, una enfermedad altamente prevenible mediante una vacuna esencial conocida como hexavalente, que protege contra seis padecimientos graves: difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, poliomielitis y meningitis por Haemophilus influenzae tipo B.

Este escenario ha encendido las alertas sanitarias, no solo por el repunte de enfermedades que parecían controladas, sino por lo que revela: un sistema de vacunación debilitado, el cual ha sido severamente afectado por años de recortes presupuestales, desabasto de medicamentos y una gestión ineficaz que ha dejado a millones de niños sin protección básica.

Tosferina: cifras que preocupan

Mientras que en 2024 Estados Unidos registró 35,435 casos de tosferina con solo 10 muertes, México documentó 749 casos confirmados y 45 defunciones infantiles. Este contraste pone en evidencia no solo una falta de control epidemiológico, sino también una brecha enorme en acceso y cobertura de vacunas.

A esto se suma el resurgimiento del sarampión. En Chihuahua ya se han reportado más de 500 casos, superando por sí sola la cantidad total de casos en el país durante la última década. Este brote está vinculado al intercambio constante con zonas de brote en Texas y Nuevo México, en Estados Unidos.

El impacto real del COVID-19 y más allá

Es cierto que la pandemia del COVID-19 afectó los programas de vacunación en todo el mundo. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en 2023 más de 14 millones de niños no recibieron ninguna vacuna. Sin embargo, en México, la situación es particularmente grave.