Miguel Cortés Miranda, identificado por medios y autoridades como el presunto Monstruo de Iztacalco, falleció este sábado 13 de abril mientras se encontraba bajo custodia en el Reclusorio Oriente. El hombre, de 39 años y de profesión químico farmacobiólogo, fue detenido en abril de 2024, acusado de asesinar al menos a 20 mujeres en la capital del país.
De acuerdo con fuentes oficiales, Cortés Miranda habría muerto a causa de un infarto, aunque hasta el momento la Fiscalía de la Ciudad de México no ha descartado otras posibles causas. La investigación permanece abierta para esclarecer las circunstancias exactas del deceso dentro del centro penitenciario.
El caso del Monstruo de Iztacalco conmocionó a la opinión pública en 2024, tras su arresto en una operación encabezada por la policía capitalina. Las autoridades lo vincularon con múltiples feminicidios ocurridos en la alcaldía Iztacalco, donde presuntamente operaba con un modus operandi meticuloso y con conocimientos químicos que complicaban la identificación de sus crímenes.
Durante el año que estuvo en prisión preventiva, diversas organizaciones feministas exigieron justicia para las víctimas, visibilizando la violencia sistemática contra las mujeres en México. La muerte de Cortés Miranda en prisión genera ahora nuevas interrogantes sobre la seguridad dentro del sistema penitenciario y sobre si la justicia alcanzó a cerrar este oscuro capítulo.
Hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Ciudadana no ha emitido un comunicado detallado, pero se espera que en las próximas horas se informe sobre la autopsia y se defina si habrá una investigación penal por posible negligencia.
Feminicidios en México: una crisis sin freno
El caso de Miguel Cortés Miranda es uno de los más escalofriantes registrados recientemente, pero no el único. México continúa enfrentando una grave crisis de violencia de género. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cada día se registran múltiples feminicidios en el país, y muchos casos aún siguen impunes.