Por Salomón Rosas
El “Liberation Day” anunciado por el presidente de los Estados Unidos de América significa la gran oportunidad de lograr el objetivo de avanzar a paso firme y en el corto plazo en la integración económica regional de Norteamérica por lo que bien podríamos considerar los hechos y los anuncios realizados por el presidente Donald Trump del pasado miércoles como el “Integration Day” para México ya que si bien es cierto el camino presenta retos, dificultades enormes y desafíos, también parece estar lleno de grandes oportunidades para fortalecernos en el reacomodo global. El 2 de abril pasado se inició una nueva etapa que generará un nuevo orden mundial en las relaciones de poder y de presencia militar entre los gobiernos misma que reacomodará los bloques regionales comerciales con nuevas reglas y dinámicas y que tiende, incluso, a cambiar la cosmovisión y la manera de vernos y entendernos como naciones. De ese tamaño será el impacto de las medidas anunciadas y de la llamada “guerra comercial” que acaba de empezar y que, por cierto, no sabemos ni cuándo ni cómo terminara; pero lo que si sabemos es que no podemos escapar de ella y que lo que nos toca es atender nuestra circunstancia geográfica, política, militar, comercial, cultural e histórica y actuar conforme a nuestra realidad sin perder Soberanía e Identidad Nacional.
En este sentido, es de valorarse y dimensionarse la previsión y la acción oportuna, eficaz e inteligente con la que se ha conducido el gobierno de la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, y su equipo de primera línea en materia comercial, de seguridad y diplomática (Marcelo Ebrard Casaubon, Omar García Harfush, Rosa Icela Rodriguez y Juan Ramón de la Fuente) tanto para construir y sobrellevar una buena relación con el gobierno de EUA como para obtener los resultados ya logrados de un trato preferencial en la política arancelaria con la que Donald Trump pretende instalar la nueva supremacía de su país para todo el siglo XXI. Algunos de los hechos y de los resultados son: 1) A diferencia con lo ocurrido con otras 185 economías del mundo, México permanecerá exento de tarifas recíprocas siendo que EUA impuso éstas incluso a países con los que tiene tratados comerciales; 2) México tiene arancel de 0% y el Tratado México, Estados Unidos y Canadá se mantiene; 3) Con ello, se protegen 10 millones de empleos que dependen del T-MEC; 4) Se evitó que se afectara a sectores clave de la economía nacional como el agroalimentario, manufacturas electrónicas, productos eléctrico, químicos, vestido y calzado, dispositivos médicos y farmacéuticos, y maquinaria y equipo, entre otros; 5) Se ampliarán nuestras exportaciones y ahora con mayor fuerza porque somos más competitivos al tener mejores precios que otros países a los que les impusieron tarifas impositivas en sus productos; 6) El gobierno mexicano tiene un diálogo permanente con el gobierno de EUA y continua el diálogo con el sector privado y social en las mesas de trabajo para acompañar la estrategia de negociación.
Pasamos de la geopolítica a la geoestrategia y eso es importante saberlo y entenderlo. A propósito de lo acontecido, el Relanzamiento del Plan México (con sus 18 programas y 40 acciones) realizado el jueves 3 de abril en el Museo de Antropología de la Ciudad de México a menos de 24 horas después de los anuncios arancelarios hechos por Donald Trump, se inscribe en un esquema ya no de geopolítica sino de geoestrategia ya que no se trata solo de analizar y advertir los escenarios, amenazas y riesgos del entorno internacional (geopolítica) sino de planificar y ejecutar estrategias para alcanzar objetivos políticos y también militares. Dicen los teóricos que la geopolítica se enfoca en observar y comprender el panorama global, las relaciones entre estados y las dinámicas internacionales y que su objetivo es analizar las implicaciones políticas a gran escala; en tanto que la geoestrategia se centra en la acción concreta a nivel nacional o empresarial. Implica la implementación de políticas de seguridad, la gestión de recursos y la ejecución de estrategias específicas. Hoy por hoy, los intereses políticos, económicos y militares se entrelazan y la geoestrategia emerge como una brújula indispensable para comprender los movimientos y decisiones de los actores internacionales.
En la Universidad Isabel I (Universidad privada española) definen a la geoestrategia como el arte y la ciencia de comprender, prever y manejar la interacción de los factores geográficos, políticos, económicos y militares en el ámbito internacional. Se basa en el análisis de la ubicación geográfica de los estados, recursos naturales, infraestructuras clave, fuerzas armadas, alianzas políticas y otros elementos relevantes para determinar la mejor manera de alcanzar los objetivos nacionales en un entorno global en constante cambio. Por otra parte, encontramos un ensayo de marzo del año pasado muy interesante en la Revista de la Marina de la Armada de Chile, editado por la Academia de Guerra Naval de ese país (de publicación bimestral y fundada el 1º de julio de 1885) en el que aborda la importancia de la geoestrategia en el concierto internacional, centrándose en cómo esta utiliza la geografía y los recursos naturales para lograr los objetivos estratégicos del Estado y se mencionan ejemplos de países que han utilizado la geoestrategia en su política exterior, como Estados Unidos, Rusia y China. En el ensayo se afirma que se ha llegado al consenso de que la geoestrategia implica la planificación y ejecución de acciones políticas y militares que tienen como objetivo maximizar los recursos y ventajas geográficas de un país para lograr los objetivos del país; en síntesis, constituye la gestión estratégica de los intereses geopolíticos (El gran tablero mundial, La supremacía estadounidense y sus imperativos. Zbigniew Brzezinski, 1997). El Plan México es una parte central de la geoestrategia mexicana. El “Liberatión Day” de EUA es el inicio del “Integration Day” para México.