La empresa suiza Clariant anunció el traslado de parte de su producción de adsorbentes de Puebla a Florida, en respuesta a los nuevos aranceles impulsados por Donald Trump. La medida busca evitar costos adicionales en sus operaciones dentro del mercado estadounidense.
Estrategia ante las nuevas tarifas
Conrad Keijzer, CEO de Clariant, explicó que la decisión responde a la necesidad de proteger la competitividad de la empresa ante las políticas comerciales de Estados Unidos. La planta en Quincy, Florida, absorberá la producción destinada al mercado estadounidense, mientras que las instalaciones en Puebla seguirán operando, pero enfocadas exclusivamente en México.
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La compañía se especializa en la fabricación de adsorbentes, productos utilizados para la eliminación de impurezas en aceites y en la refinación de biodiésel. Este segmento representa una parte significativa de sus ingresos, especialmente en el sector automotriz, que contribuye con el 10% de sus ventas globales.
Presión comercial y ajustes en la industria
Ben van Beurden, nuevo presidente de Clariant y exdirector ejecutivo de Shell, señaló que la industria química y de materiales enfrenta un entorno desafiante que obliga a tomar decisiones estratégicas. Advirtió que la presión sobre el sector podría generar un proceso de consolidación en el mercado.
El cambio en las operaciones de Clariant llega en un momento crítico para México, que enfrenta nuevos aranceles por parte de Estados Unidos. Trump ya aplicó tarifas al acero y aluminio y ahora busca extenderlas a la importación de automóviles no fabricados en territorio estadounidense.
La postura de México ante la política comercial de Trump
El presidente de EE.UU. anunciará una nueva ronda de aranceles este miércoles 2 de abril, argumentando que busca incentivar la compra de productos nacionales. México, por su parte, mantiene negociaciones con Washington para eliminar las tarifas al acero y aluminio y asegurar condiciones favorables en la relación comercial.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha expresado que el país no debería verse afectado por las nuevas medidas, ya que no impone aranceles a las exportaciones estadounidenses. Sin embargo, la incertidumbre sobre el futuro del comercio bilateral sigue latente.