El Popocatépetl celebra su cumpleaños y la leyenda de por qué lo festejamos cada 12 de marzo.
El Popocatépetl, ese gigante que custodia los valles centrales de México, está de fiesta. Cada 12 de marzo, los pobladores de las comunidades cercanas al volcán celebran su cumpleaños, una tradición arraigada en la leyenda y la devoción.
¿Por qué el 12 de marzo?
La fecha no es arbitraria. Se remonta a una leyenda originada en Santiago Xalitzintla, donde se cuenta que un hombre llamado Gregorio Chino Popocatépetl, quien afirmaba ser la encarnación del volcán, se apareció a los habitantes del pueblo. Gregorio enseñó a la gente a comunicarse con el volcán y, como el 12 de marzo se celebra a San Gregorio Magno, santo patrón de varios pueblos de la región, se adoptó esta fecha para celebrar el cumpleaños del Popocatépetl, al que cariñosamente llaman “Don Goyo”.
Una celebración llena de tradición
Cada año, los pobladores suben al volcán para llevarle ofrendas: flores, comida, incluso le cantan “Las Mañanitas“. El punto de encuentro es “El Ombligo“, un lugar especial donde se realizan rituales y ceremonias. 
Más que miedo, devoción
La celebración del cumpleaños de Don Goyo no se basa en el miedo, sino en la devoción y el agradecimiento. Los habitantes de Santiago Xalitzintla le piden al volcán que los proteja y les conceda buenas cosechas, enviando lluvias para fertilizar sus tierras.
Los “temperos”: guardianes del Popocatépetl
La leyenda de Gregorio Chino Popocatépetl también dio origen a la figura de los “temperos”, hombres con la capacidad de comunicarse con el volcán y transmitir sus mensajes a la comunidad. Antonio, el hombre al que se le apareció Gregorio, se convirtió en el primer tempero.
Don Goyo Fest: una fiesta para celebrar al gigante
Este 2025, la celebración se ha extendido a dos días, con el “Don Goyo Fest”, una fiesta que reúne a pobladores y visitantes para honrar al volcán y celebrar su cumpleaños.
El Popocatépetl, un símbolo de México
El Popocatépetl es mucho más que un volcán. Es un símbolo de la identidad mexicana, un guardián de nuestras tradiciones y un recordatorio de la conexión profunda que tenemos con la naturaleza.
