Desde el inicio de su pontificado en 2013, el Papa Francisco dejó por escrito una carta de renuncia en caso de que su estado de salud le impidiera continuar con sus funciones al frente de la Iglesia Católica. Este documento, según ha confirmado el propio pontífice en varias entrevistas, fue entregado en su momento al cardenal Tarcisio Bertone, entonces secretario de Estado del Vaticano, y se cree que actualmente está en posesión de su sucesor, Pietro Parolin.
El líder de la Iglesia Católica ha reiterado en diversas ocasiones que su intención con esta carta era garantizar la estabilidad en la Santa Sede en caso de una incapacidad médica. En una entrevista con el diario ABC en 2022, Francisco mencionó en tono jocoso: “La firmé y dije: ‘Si sufriera una discapacidad por razones médicas o lo que sea, aquí está mi renuncia. Ahora alguno irá a pedírselo a Bertone: ¡Deme el papelito!'”.
La salud del Papa y su visión sobre la renuncia
A lo largo de su pontificado, Jorge Bergoglio ha enfrentado diversos problemas de salud, incluyendo dolencias en la rodilla que le han obligado a utilizar una silla de ruedas en algunas ocasiones, así como hospitalizaciones por infecciones respiratorias. Sin embargo, ha minimizado la posibilidad de hacer efectiva su renuncia, argumentando que “se gobierna con la cabeza, no con la rodilla”.
El Papa ha dejado claro que, si bien escribió su renuncia como medida preventiva, no considera que la dimisión de un pontífice deba convertirse en una costumbre. “Esto no significa en absoluto que la dimisión de un Papa deba convertirse en una moda, en algo normal”, afirmó en una entrevista. Además, ha señalado que su visión sobre el papado es que debe ejercerse “ad vitam”, es decir, para toda la vida.
La influencia de Benedicto XVI
Francisco asumió el liderazgo de la Iglesia Católica tras la histórica renuncia de Benedicto XVI en 2013, quien decidió dejar el cargo debido a su avanzada edad y problemas de salud. Fue la primera vez en más de 600 años que un Papa renunciaba voluntariamente. Sin embargo, el actual pontífice ha asegurado en diversas oportunidades que, aunque respeta la decisión de su predecesor, no contempla su dimisión en el corto plazo.
En otra entrevista, el Papa expresó que, en caso de retirarse, no adoptaría el título de “Papa emérito” como lo hizo Benedicto XVI, ni vestiría sotana blanca. En cambio, se consideraría “obispo emérito de Roma” y descartó la posibilidad de regresar a Argentina, su país natal.