Las calles de la Ciudad de México están marcadas por un paisaje caótico que muchos capitalinos han normalizado: el cableado aéreo. Pese a promesas de las autoridades y empresas de telecomunicaciones para resolver el problema, el exceso de cables en los postes sigue representando un riesgo latente para la seguridad de la población.
El peso de esta infraestructura es sorprendente. Expertos estiman que el conjunto de cables que cuelgan en la CDMX equivale a 3 mil camiones de carga, es decir, 30 mil toneladas de extensiones de alambre suspendidas sobre la cabeza de millones de personas.
Ciudades en constante transformación
El urbanismo moderno reconoce a las ciudades como organismos vivos en constante cambio. La experta Jane Jacobs demostró que la seguridad y calidad de vida en los espacios urbanos dependen de una planificación adecuada. Sin embargo, en la CDMX, el cableado aéreo es una asignatura pendiente en la transición hacia un entorno más habitable y seguro.
El urbanista Enrique Meneses Guillén señala que la acumulación de cables en los postes es un problema que se agrava con el tiempo. “Ponen, ponen… y nunca quitan”, afirma. Esto ha llevado a una situación donde la infraestructura de la ciudad soporta un peso descomunal de cables de electricidad, telefonía e internet, además de conexiones irregulares conocidas como “diablitos”.
Una cifra alarmante: sólo el 35 % del cableado es funcional
El doctor Saúl Alcántara, de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, estima que solo el 35 % del cableado aéreo sigue en uso, mientras que el 65 % restante, aproximadamente 19 mil 500 toneladas, es basura acumulada en el aire.
El gobierno capitalino, en conjunto con empresas de telecomunicaciones, anunció un plan de reordenamiento del cableado. De acuerdo con la página oficial ciudadsincables.cdmx.gob.mx, hasta la fecha solo se han retirado 26 toneladas de cables en desuso, lo que representa apenas el 0.01 % del total estimado por especialistas.
La seguridad en riesgo: postes sobrecargados y el impacto en la iluminación
Los problemas del cableado no solo afectan la estética urbana, sino también la seguridad. Meneses destaca que la saturación de cables reduce la eficiencia del alumbrado público, generando “espacios trampa” que pueden facilitar actividades delictivas. Según su análisis, si la iluminación urbana tuviera una calificación de 10 en una escala de 1 a 10, la percepción de seguridad mejoraría de manera significativa.
Paula, bombera con 18 años de experiencia, advierte sobre otro peligro: la infraestructura deteriorada. Los postes de luz han permanecido sin cambios desde que inició su carrera, y muchos presentan daños que solo han sido “apuntalados” sin una solución definitiva. “Las lluvias, el hundimiento de la ciudad y los vientos violentos ponen en riesgo la estabilidad de los postes sobrecargados”, señala.
Falta de información oficial
Para conocer el estado actual del cableado en la CDMX, se realizaron solicitudes de información a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil. La dependencia capitalina respondió que la CFE es la entidad responsable del tema, mientras que la CFE solicitó mayor precisión en la solicitud sin ofrecer datos concretos.