El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis: renuncia al cargo
Un líder que prometió renovación
Klaus Iohannis, de 65 años, dejó este lunes la presidencia de Rumania tras una trayectoria que comenzó con grandes esperanzas y terminó con una fuerte caída en popularidad. Su proyecto político, enfocado en una “Rumanía educada”, atrajo la atención de muchos ciudadanos, pero su gestión decepcionó a gran parte del electorado.
Exalcalde de Sibiu, una ciudad de Transilvania, Iohannis llegó a la presidencia en 2014 con un fuerte discurso contra la corrupción, un problema central en el país. Su reelección en 2019 reforzó esa promesa, pero su desempeño no cumplió con las expectativas de muchos rumanos.
De la lucha anticorrupción a la gran coalición
Iohannis ganó protagonismo al encabezar las protestas contra los intentos del Partido Socialdemócrata (PSD) de debilitar el sistema anticorrupción. Sin embargo, años más tarde, impulsó una gran coalición con ese mismo partido, encabezada por su propia formación, el Partido Nacional Liberal (PNL).
Esta decisión minó la confianza en su liderazgo y afectó su imagen pública. En la recta final de su mandato, apenas un 20 % de los rumanos confiaban en él, según las encuestas más recientes.
De alcalde exitoso a presidente de Rumania
Iohannis, de origen alemán, inició su carrera política en el Foro Democrático de los Alemanes de Rumania (FDAR). En 2001, ganó la alcaldía de Sibiu, donde su gestión transformó la ciudad en un destino turístico destacado, logrando que fuera nombrada Capital Europea de la Cultura en 2007.
Su reputación como gestor eficiente y político conciliador lo convirtió en una figura atractiva para la política nacional. En 2013, se afilió al PNL, que en ese momento gobernaba en coalición con el PSD.
En 2014, dejó la alcaldía para competir en las elecciones presidenciales y, contra los pronósticos, derrotó al candidato socialdemócrata Victor Ponta. Su estilo sereno contrastaba con la política rumana, caracterizada por enfrentamientos constantes, lo que le permitió ganarse el respaldo de una parte importante del electorado.
Un presidente de minoría étnica en la Unión Europea
Iohannis, casado desde 1989 con una profesora de inglés, se convirtió en el primer presidente rumano proveniente de una minoría étnica. Su elección marcó un hito en el país balcánico, miembro de la Unión Europea y de la OTAN.
Sin embargo, su paso por la presidencia dejó un legado marcado por la desilusión de muchos ciudadanos que esperaban un cambio real en la política rumana. Su salida del poder refleja el desgaste de una figura que pasó de la esperanza al desencanto en una década de liderazgo.
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