China está dando un paso más en la exploración espacial con el desarrollo de un robot pionero que buscará agua en la Luna utilizando una innovadora técnica de desplazamiento basada en saltos. La misión, liderada por la sonda Chang’e-7, está programada para llegar al polo sur lunar en 2026 y tiene como objetivo confirmar la presencia de hielo de agua en cráteres permanentemente sombreados.
Un explorador con tecnología avanzada
El robot, diseñado como una tolva móvil, será capaz de desplazarse entre zonas iluminadas por el sol y áreas en sombra utilizando un sistema de saltos, lo que le permitirá recolectar datos precisos sobre la distribución del hielo de agua en la superficie lunar. Este avance tecnológico es fundamental para futuras misiones tripuladas y el desarrollo de una base lunar autosostenible.
La tolva estará equipada con un analizador de moléculas de agua, lo que le permitirá realizar estudios detallados sin necesidad de regresar a la Tierra. Además, la sonda Chang’e-7 incluirá un orbitador, un módulo de aterrizaje y un explorador para realizar una misión integral de análisis y exploración.
Desafíos extremos en la exploración lunar
La exploración del polo sur lunar presenta desafíos significativos debido a las bajas temperaturas, que pueden descender por debajo de los -100 grados Celsius, y la compleja topografía del terreno. Para garantizar la precisión del aterrizaje, el módulo de la misión desplegará el primer sistema de “navegación de imágenes de referencia” del espacio profundo desarrollado en China.
Uno de los aspectos más innovadores del proyecto es el uso de tecnología de absorción de impactos activa, que permitirá que la tolva aterrice con seguridad en superficies inclinadas o irregulares. Además, la sonda podrá analizar de forma autónoma su entorno y realizar más de la mitad de sus operaciones sin intervención directa desde la Tierra.
Un paso clave para la exploración del espacio profundo
Si la misión tiene éxito en la identificación de depósitos de hielo de agua, esto representaría un gran avance para la exploración espacial, ya que reduciría los costos y la dependencia del transporte de agua desde la Tierra. Esto facilitaría la instalación de una base lunar sostenible y abriría la puerta a misiones más ambiciosas hacia Marte y otros destinos del espacio profundo.
En la fase final de ensamblaje y prueba, los ingenieros han optimizado los paneles solares de la sonda para captar la luz en ángulos bajos, maximizando la eficiencia energética en el entorno extremo del polo lunar. Con estos preparativos avanzados, China reafirma su posición como líder en la exploración espacial y en la búsqueda de recursos extraterrestres que podrían cambiar el futuro de la humanidad.