El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles la Ley Laken Riley, una medida que intensifica las políticas migratorias, enfocándose en la detención de aquellos migrantes indocumentados acusados de delitos, incluidos los menores. Este acto simbólico marca la firma de su primer proyecto de ley en su segundo mandato y busca frenar la migración ilegal, una de las principales promesas de su campaña.
La ley, aprobada con apoyo bipartidista en ambas cámaras del Congreso, establece que los migrantes sin estatus legal acusados de cualquier delito, incluso menores, deberán ser detenidos con la posibilidad de ser deportados antes de ser juzgados. Trump, quien utilizó el trágico asesinato de Laken Riley como una pieza central para impulsar esta reforma, elogió la memoria de la joven como un “símbolo de calidez y bondad”. En la ceremonia de firma, estuvieron presentes los padres y la hermana de Riley, quienes han sido defensores del proyecto.
La ley lleva el nombre de Laken Riley, una estudiante de enfermería de Athens, Georgia, que fue asesinada el año pasado por un ciudadano venezolano que había ingresado a Estados Unidos de manera ilegal. El asesino, después de haber sido liberado tras enfrentarse a cargos previos, robó nuevamente en Georgia antes de cometer el asesinato. El hombre fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Trump, durante su discurso, subrayó que la ley salvaría “innumerables vidas” y destacó que esta es una forma de honrar la memoria de Riley, a quien calificó como “una joven increíble”. La Ley Laken Riley, que ha generado opiniones divididas en la política estadounidense, subraya un enfoque más estricto hacia los migrantes con antecedentes penales, intensificando la polarización sobre la cuestión migratoria en el país.