La Ciudad de México en plena transformación
En 1925, la Ciudad de México vivía un periodo de cambio y modernización que marcaría el rumbo de su desarrollo. Con una población que apenas superaba el millón de habitantes, la capital era un espacio donde convivían las tradiciones rurales con los avances tecnológicos y sociales de una época influenciada por la Revolución Mexicana y los “locos años 20”.
La ciudad se encontraba en plena expansión, con calles más despejadas, áreas verdes abundantes y un ritmo de vida más pausado en comparación con el acelerado dinamismo actual. Los tranvías y los automóviles comenzaban a convertirse en los protagonistas de la movilidad urbana, mientras que el uso de la electricidad empezaba a iluminar hogares y calles de la ciudad.
La influencia de los años 20 en la vida social
La década de 1920 trajo consigo un cambio en los hábitos y la vida cotidiana de los capitalinos. Las mujeres, que ganaban cada vez más espacios en la vida pública, adoptaron estilos de moda más liberales: llevaban el cabello corto, usaban maquillaje y faldas que dejaban al descubierto las rodillas. Por su parte, los hombres optaban por trajes de tonos neutros, complementados con sombreros hechos a la medida.
El entretenimiento era una parte fundamental de la vida social. El danzón, el Charleston y el Foxtrot resonaban en salones de baile como el emblemático Salón México, mientras que las carpas, espacios itinerantes de teatro y comedia, ofrecían espectáculos que frecuentemente hacían sátiras políticas. En las salas de cine, ubicadas principalmente en el Centro Histórico y la colonia Guerrero, se proyectaban películas mudas que comenzaban a atraer a un público creciente.
Los lugares emblemáticos de la ciudad
Espacios como la Alameda Central, el Bosque de Chapultepec y el Zócalo eran los puntos de reunión más populares para las familias y jóvenes de la época. En 1925, la plancha del Zócalo estaba cubierta por jardines que ofrecían un refugio para el descanso y la convivencia. Estos lugares, aunque han cambiado con el tiempo, siguen siendo puntos de referencia esenciales en la vida de los capitalinos.
Arte y cultura: el auge de los muralistas y el Art Decó
El arte en la Ciudad de México en 1925 estaba marcado por la consolidación del movimiento muralista, encabezado por artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Sus obras comenzaron a adornar edificios públicos, convirtiéndose en una expresión del idealismo revolucionario y de la identidad nacional.
En el ámbito arquitectónico, el Art Decó, influenciado por tendencias europeas, comenzaba a transformar la estética de la ciudad. Edificios de esta corriente estilística emergían en colonias como la Roma y la Juárez, aportando un aire de modernidad al paisaje urbano.
Un México en transición política y económica
En 1925, el presidente Plutarco Elías Calles lideraba el país. Su gobierno marcó un periodo de institucionalización tras los años de la Revolución Mexicana. Durante su mandato, se fundaron el Banco de México, encargado de regular la circulación monetaria, y la Iglesia Católica Apostólica Mexicana, como parte de un esfuerzo por fortalecer el nacionalismo.
En el ámbito educativo, se implementó el Sistema Nacional de Secundarias Federales, promoviendo un acceso más amplio a la educación formal. Estos cambios reflejaban los primeros pasos hacia la consolidación de un México más moderno y organizado.
Medios de comunicación y avances tecnológicos
La radio mexicana estaba en sus inicios, y los periódicos eran la principal fuente de información para los capitalinos. Aunque el teléfono comenzaba a ser parte de la vida diaria, su uso aún era limitado. La electricidad, que ya iluminaba algunos hogares y calles, representaba un avance significativo que transformaba la dinámica de la ciudad.
La Ciudad de México en 1925 era un reflejo de un país que buscaba equilibrar su herencia histórica con las demandas de la modernidad. Este periodo, marcado por cambios sociales, culturales y tecnológicos, sentó las bases de la metrópoli que conocemos hoy.