Por: Luis Vega
El Desarme, solo un paso para La Paz
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de EU (ATF, por sus siglas en inglés) calcula que cada año entran a México de manera ilegal 200 mil armas provenientes de Arizona, California, Nuevo México y Texas.
Asegura que los principales receptores de estas armas son los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación en los estados de Sonora, Guanajuato, Tamaulipas, Chihuahua y Sinaloa. Y según la AFT, en una muestra de 50,000 armas que entraron al país de forma ilegal, alrededor del 33% son rifles, 9% revólveres y 6% escopetas.
Ante esta apabullante realidad del tráfico ilegal de armas hacia México, el gobierno de Claudia Sheinbaum y la Iglesia Católica iniciaron en la Basílica de Guadalupe el programa “Sí al desarme, sí a la paz”, en el que organizaron una colecta y canje de juguetes bélicos y armas de fuego, por juguetes didácticos y dinero.
En este primer evento nacional se canjearon cerca de 50 armas entre las que estaban dos escopetas calibre .12, una pistola calibre .22 y un revólver calibre 38. Se sabe que el gobierno pagará 25 mil pesos por fusiles semiautomáticos y automáticos, todas las marcas exclusivas del ejército y hasta 12,800 pesos por armas que no sirvan o no se usen.
Este programa de desarme voluntario inició en el atrio de la Basílica de Guadalupe y por parte de la jerarquía católica estuvieron el Rector de la Basílica de Guadalupe, Monseñor Efraín Hernández Díaz; el obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, Salvador González Morales y el obispo auxiliar de México y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal.
Por el gobierno federal acudieron la presidenta Sheinbaum, la secretaria de Gobernación Rosa Icela Rodríguez; de Sedena Ricardo Trevila Trejo; de Semar, almirante Raymundo Pedro Morales Angeles; de Seguridad yProtección Ciudadana
Omar García Harfuch, y el comandante de la Guardia Nacional, gene- de”, dijo.
ral Hemán Cortés Hemández y autoridades de la alcaldía Gustavo A. Madero.
En las redes sociales hubo comentarios a favor y en contra de que este primer evento de recolección de armas y juguetes bélicos fuera en la Basílica y, posteriormente, en atrios de iglesias católicas de todo el país.
En el contexto de construir la paz y la reconciliación nacional, muchos católicos y miembros de la jerarquía tuvieron que apechugar y colaborar con el gobierno federal, aunque en el fondo de su corazoncito saben que los gobiernos panistas de Felipe Calderón, priista de Enrique Peña y sobre todo el morenista de López Obrador son los responsables del nivel de tráfico de armas que ha costado la vida a varios cientos de miles de mexicanos.
Los obispos mexicanos decidieron colaborar y llevar la fiesta en paz con Claudia Sheinbaum y no vivir confrontados como ocurrió el sexenio pasado. Por eso es que la colecta de armas en la Basílica no es lo más importante, sino una señal de colaboración con el gobierno para encontrar caminos de paz.
Todos en la Iglesia y en el gobierno saben que a la entrega voluntaria de armas le siguen cientos de pasos más, desde que el gobierno se ajuste a la ley, el poder judicial imparta justicia, los tres niveles de gobierno no se coludan o defiendan a la delincuencia.
La presidenta Sheinbaum dijo que para que la construcción de la paz sea una realidad se debe: atender las causas que generan violencia, no queremos “que nunca un joven se acerque a un grupo delictivo, que nunca vean en la violencia una opción de vida, porque es una opción de muerte”.
Trabajar por la Paz es un compromiso personal, familiar, comunitario, social, pero hasta ahora muchos gobiernos en los tres niveles son un fracaso por sus vínculos con la delincuencia y omisión en el mandato legal que recibieron. El gobierno debe ganarse nuestra confianza porque agraviados somos los ciudadanos. Recolectar armas no es suficiente pero es un paso.