En México, es común escuchar que un buen bolillo “pa’l susto” después de un temblor puede aliviar el malestar. Pero, ¿será este remedio tan efectivo como nos han contado o es solo un mito? Descubramos lo que dice la ciencia.
¿Por qué el bolillo podría ayudar después de un sismo?
Cuando experimentamos miedo o estrés, como al escuchar la alerta sísmica, nuestro cuerpo libera adrenalina, lo que incrementa la producción de ácidos gástricos. Esto puede ocasionar molestias como náuseas o dolor estomacal. Según la Dra. Ortiz Olvera de la UNAM, el pan, como el bolillo, puede ayudar a absorber parte de esta acidez, aliviando esos síntomas indeseados.
El Dr. Eduardo Calixto González, experto en Neurociencias de la misma universidad, respalda la idea, aunque aclara que no es la única opción. Otros alimentos también pueden realizar esa función. Además, enfatiza que el apoyo emocional, como un abrazo o tener cerca a tus seres queridos, puede ser mucho más eficaz para enfrentar el estrés emocional tras un evento traumático.
El bolillo es solo parte de la solución, ¡y no la única!
El bolillo puede ser útil para aliviar el malestar estomacal derivado del estrés del sismo, pero no es la respuesta completa para calmar el miedo o la ansiedad. Complementar el consumo del pan con técnicas de relajación, respiración profunda y apoyo emocional es mucho más efectivo.
¿Qué podemos concluir?
El bolillo sí tiene una base científica parcial para calmar ciertos malestares físicos, pero no resuelve el estrés de manera integral. Si te funciona, ¡no dudes en comerlo! Pero no olvides que un abrazo o el apoyo emocional de los demás podría ser el remedio más completo para el susto.