California sigue enfrentando la constante amenaza sísmica que caracteriza a su territorio, especialmente en zonas cercanas a algunas de las fallas tectónicas más peligrosas del mundo. En la mañana del viernes 10 de enero, la bahía de San Francisco fue remecida por un sismo de magnitud 3.7, lo que generó alarma entre los residentes de la zona.
El sismo se registró a las 7:02 a.m. (hora local), con el epicentro localizado a unos 8 kilómetros al suroeste del famoso puente Golden Gate y cerca de 3 kilómetros al oeste de Great Highway. Según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), el temblor tuvo una profundidad de 19 kilómetros.
Más de 5,000 personas en el área reportaron haber sentido el movimiento telúrico, y la cifra continúa aumentando. Aunque no se han reportado daños graves, la sacudida fue lo suficientemente fuerte como para que varios residentes compartieran sus experiencias en redes sociales. Algunos, como Nadia Rahman, quien reside en la zona, comentaron que fue el sismo más significativo que han experimentado en San Francisco. “Fue el sismo más significativo que he experimentado personalmente”, afirmó Rahman en una publicación. Sin embargo, otros residentes mencionaron que la sacudida fue breve, durando solo un segundo.
Este sismo es solo un recordatorio de la constante actividad sísmica que afecta a California, un estado que se encuentra atravesado por diversas fallas tectónicas, incluida la famosa falla de San Andrés. A pesar de su intensidad moderada, el evento mantiene alerta a las autoridades y a los ciudadanos, quienes se preparan constantemente ante la posibilidad de movimientos más fuertes.
California ha vivido terremotos históricos a lo largo de los años, y su vulnerabilidad ante este tipo de fenómenos geológicos continúa siendo una preocupación para las autoridades y los residentes por igual. Aunque el sismo de hoy no causó grandes estragos, sigue siendo un recordatorio de los riesgos a los que está expuesto el estado y la necesidad de estar siempre preparados.