Distantes del cuestionamiento si resulta conveniente o no el dar obsequios, presentes, ofrendas o detalles, no cabe duda, la práctica de dar regalos a los ciudadanos en navidad a través de la política es una tradición que se ha mantenido en algunas partes del mundo.
Mientras muchos se abstienen y con excusas resguardan su cabeza cual “avestruz” para evitar el desgaste, esperando que en unos meses las personas olviden, otros literalmente “votan la casa por la ventana” y atienen al cinturón de electores que esperan ser tenidos en cuenta.
Se trate o no de una tradición clientelista y todo el cuestionamiento moral que supone buscar apoyo; la Navidad es una fecha especial, es la temporada propicia para celebrar y estar presentes cuando otros no están.
Por supuesto, los proclamados líderes pueden utilizar las atenciones para promocionar su imagen y sus futuras campañas, influyendo así en la opinión pública, pero dar sin esperar es mejor, demuestra desinteres de ayuda a quienes están pasando por dificultades económicas, algo recíproco cuando de encontrar apoyo se trata, responder a la confianza que los ciudadanos depositan.
Nada mas a lugar que regalar y aportarles tiempo escuchándoles, así mismo nada más inadecuado que pensar en Merchandising personalizado, simbolismo y toda suerte de situaciones oportunistas que los ciudadanos silenciosamente saben identificar, es importante recordar: “un detalle debe ser apropiado para la ocasión y el público objetivo, debe reflejar valores, debe ser útil e inolvidable, debe mostrar desinterés y sinceridad”. Hacer lo de siempre es más de lo mismo, es perderse en un mercado de iguales.
En esta Navidad vale la pena asumir: “no se han escrito discursos que superen un buen abrazo, no hay alumbrados comparables con el brillo de una mirada feliz y no tenemos villancicos que suenen mejor que una bonita sonrisa”.
Dar de corazón sin esperar compensará mañana la elección que estás esperando.
Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político