El sistema de transporte público de Barcelona se ha convertido en un referente en sostenibilidad gracias a la implementación del proyecto MetroCharge, que aprovecha la energía de frenado de los trenes subterráneos para alimentar estaciones de carga de vehículos eléctricos. Esta iniciativa no solo reduce el consumo energético del metro, sino que también fomenta la transición hacia la movilidad eléctrica en la ciudad.
¿Cómo funciona MetroCharge?
Cuando los trenes del metro de Barcelona frenan al llegar a las estaciones, los motores eléctricos actúan como generadores, recuperando la energía que de otro modo se perdería en forma de calor. Este sistema, conocido como frenado regenerativo, permite reutilizar la energía para alimentar los trenes, las estaciones y, como innovación particular de MetroCharge, enviar el excedente a cargadores de vehículos eléctricos en la superficie.
El proyecto se implementó en 16 estaciones del metro y se ha integrado con otros sistemas de energía renovable, como paneles solares, para cubrir todas las necesidades energéticas de 28 estaciones, incluyendo iluminación, ascensores y ventilación.
Beneficios para los usuarios y la ciudad
Para los usuarios de vehículos eléctricos, MetroCharge representa una solución práctica y eficiente. Bernardo Espinoza, un ciudadano que utiliza el metro diariamente y posee un coche híbrido, destacó la conveniencia de contar con puntos de carga en las estaciones. “Es muy bueno tener el punto de carga justo en las estaciones, porque normalmente aparcas y luego transbordas. Además, se reutiliza la energía del frenado, lo cual es fantástico”, comentó.
Este modelo también permite reducir costos operativos del metro. Según Jordi Picas, jefe de sistemas de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), los 7,3 millones de euros invertidos en el proyecto podrían recuperarse en un plazo de cuatro años gracias al ahorro energético generado.
Innovación en eficiencia energética
Álvaro Luna, profesor de ingeniería eléctrica en la Universidad Politécnica de Cataluña, señaló que el sistema no solo aumenta la eficiencia energética, sino que también ofrece un ejemplo de cómo integrar soluciones energéticas en el entorno urbano. “Parte de esa energía, en vez de transitar hacia la red eléctrica general, se dirige directamente a los puntos de carga, lo que incluso permite ofrecer tarifas más bajas para los usuarios”, explicó.
Este enfoque refleja los compromisos adquiridos en los acuerdos internacionales sobre el clima, como el objetivo de duplicar la eficiencia energética global para 2030.
Retos de la movilidad eléctrica en España
Aunque el concepto de MetroCharge es innovador, enfrenta desafíos propios de la transición verde en Europa. A pesar de los incentivos y las inversiones públicas y privadas, España no ha alcanzado sus objetivos de estaciones de recarga. Actualmente, el país cuenta con 37,000 puntos de carga, lejos de los 100,000 proyectados para 2021, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).
Aun así, iniciativas como la de Barcelona pueden servir de modelo para mejorar la infraestructura de recarga, ofreciendo soluciones que combinan innovación tecnológica y sostenibilidad urbana.