Una feroz competencia de
egos y vanidad; de insaciables intereses encontrados que se disputan lo que sea con tal de prevalecer en medio del canibalismo puro, eso es lo que se vive al interior de gobiernos errados sin importar su procedencia.
Los que ayer eran mejores amigos, casi que hermanos inseparables, esos que se juraron amor eterno; hoy caen medio del remolino que se lleva por delante a cualquiera, nada es más importante que mantener vigencia y no dejarse pisotear por la traición, la mentira, la desidia y el fútil olvido de las promesas incumplidas.
Definitivamente el abuso del poder o la posición para obtener beneficios personales o financieros de manera ilegal o inmoral. Implica actos de mala fe, deshonestidad y abuso de confianza en diversos ámbitos.
Una vez en los gobiernos, los que ayer criticaban hoy son más de lo mismo, comienzan a darse cuenta que sus peores enemigos, casi siempre, son sus cercanos escuderos, esos para los que lo recibido fue poco mientras quien ejerce el poder, asume que ha sido de más.
Por el lado más delgado de la cuerda entre ellos, se delatan sobornos, nepotismo, tráfico de influencias, fraudes, evasión fiscal, lavado de dinero, malversación de fondos, contratos irregulares, prevaricación, cohecho y obstrucción de la justicia, el listado parece interminable y hace parte de esa historia secreta que se delata cuando al descubierto quedan la torpeza, la deslealtad y hasta la ingenuidad de novatos ilusos que pensaron haber encontrado la lámpara del genio.
De los adversarios sabremos qué esperar, no así de los que en campaña hacen juramentos con sangre y mañana se fracturan a expensas de la fragilidad de promesas incumplidas, o la necesidad de satisfacer el llenado de un saco sin fondo.
Todos queremos algo, hay que decirlo, ahora bien, cuan importante y determinante es junto a la lealtad, ser consecuentes con lo que ayer era crítica y hoy es ejecución… “Mis errores jamás se taparán cuando los justifico en los errores de los demás”.
Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político