La reforma, impulsada por las autoridades universitarias, busca incorporar en el currículo académico nuevas estrategias que promuevan la participación activa en temas sociales, políticos y ambientales. De acuerdo con la UNAM, el objetivo es que los estudiantes no solo adquieran conocimientos técnicos y profesionales, sino también desarrollen una conciencia crítica y ética que los lleve a involucrarse en la resolución de los desafíos que enfrenta la sociedad.
Esta medida forma parte de un proceso más amplio que involucra diversas áreas de la universidad, desde la formación académica hasta la participación en proyectos comunitarios. Además, se busca incentivar el trabajo colaborativo entre los estudiantes, los académicos y las comunidades locales para promover un ambiente de aprendizaje integral y comprometido con el bienestar colectivo.
El rector de la UNAM destacó que la reforma tiene como fin transformar a los estudiantes en agentes de cambio, preparándolos no solo para sus futuras profesiones, sino para ser ciudadanos responsables y conscientes de su impacto en la sociedad. Para ello, se promoverá una mayor vinculación entre la universidad y las problemáticas sociales que afectan a México, incluyendo la justicia social, la equidad de género, el medio ambiente y la pobreza.
A través de esta reforma, la UNAM también pretende reforzar su papel como referente en la educación superior a nivel nacional e internacional, al fomentar una formación académica que vaya más allá de lo técnico y se enfoque en el desarrollo integral de los estudiantes como individuos comprometidos con el cambio social.
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