“Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Y si miras largo tiempo al abismo, el abismo también mira dentro de ti.”
Qué profundidad en la obra de Nietzsche… palabras poderosas, cargadas de implicaciones que resuenan en quien lucha contra lo oscuro.
Recuerdo entonces a quienes combatimos y cómo sus rasgos –impulsividad, frialdad emocional, nula empatía, baja tolerancia a la frustración– son engranajes de una personalidad antisocial. En el narciso maligno, el depredador parasitario, el “sol negro”, encontramos al psicópata…
Cada uno porta su fragmento de humanidad, aunque distorsionado; cada uno persigue metas de destrucción y satisfacción personal sin importar a quién pisoteen en el camino. Desde su circunstancia, son un abismo, un monstruo, la encarnación del mal.
Rompen reglas y crean las propias, pues su estructura mental les impide entender la armonía de la sociedad. Su impulsividad los empuja hacia la violencia, hacia la materialización de deseos oscuros y fantasías retorcidas, moldeadas por infancias de carencias, maltratos físicos y psíquicos. En su soledad germinan el resentimiento, la ira y deseos sexuales torcidos que desembocan en sadismos y necrofilias.
Así nace el asesino serial.
Construye sus ritos, se alimenta de sus deseos y, lo más aterrador, no quiere detenerse. Para él, cazar no es una necesidad; es una obsesión.
Y ahí, cuando el demonio sale a cazar, el perfilador se enfrenta a su propia batalla. Quien lucha contra monstruos está, sin saberlo, con un pie en el abismo. En la oscuridad que no tiene forma ni estructura, en la sombra que se oculta del sol, esperando la noche.
Esa misma sombra es el pensamiento del asesino serial: torcido, movido por fantasías personales que lo llevan a matar, a torturar para controlar. Ese es el abismo: la ausencia de humanidad racional.
Las palabras de Nietzsche hacen eco en mi mente y me recuerdan la fragilidad de nuestra mente, de sus límites… y cómo, si no somos cuidadosos, el abismo también puede mirar dentro de nosotros.
David Izquierdo
Perfilador Criminal